Alcaudete imaginado

miércoles, 13 de enero de 2010

Tormenta de verano


"Aquella tarde llovía con la intensidad que sólo las tormentas de verano pueden ofrecer. Corrimos hasta su casa al caer las primeras gotas, pero en escasos segundos nos encontramos envueltos por una cortina de agua que amenazaba con ahogarnos. Cuando conseguimos alcanzar el portal ya estábamos empapados. Noelia se reía de mi aspecto, mi pelo había perdido totalmente la compostura que yo me afanaba en darle antes de salir, en un arduo trabajo de ocultar los claros, y dejaba a la vista su verdadero aspecto. Le regañé y la cogí de los brazos, para después cerrar su boca con un beso que me supo a colonia fresca. Noté que se entregaba, que su lengua buscaba la mía con ansia, como si un deseo hasta ese momento reprimido se hubiera desbocado y se derramara por su boca. Subimos las escaleras de dos en dos, dejando pequeños charcos de urgencia a nuestro paso, la huella del deseo que nos llevaba en volandas, sin tregua para respirar. Llegamos ahogados y volvimos a fundirnos en un beso, mientras que nuestras manos actuaban por su cuenta, arrancando la ropa mojada, que iba cayendo al suelo como la lana de las ovejas, mansa y acobardada.

Su figura desnuda provocó mi asombro, por un momento me detuve, me quedé clavado en el centro de la habitación, tratando de encontrar el ánimo necesario para sobreponerme a la belleza del cuerpo de Noelia. Por fin reuní la fuerza necesaria para extender el brazo y dejar que mis dedos rozaran su piel. Se encogió de forma instintiva y yo detuve la caricia, la miré a los ojos y vi miedo, un terror irracional que empequeñecía sus pupilas y le hinchaba la vena del cuello."


(Fragmento de mi última novela)

11 comentarios:

  1. Bonito fragmento, Felisa. Me he quedado con ganas de más.

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  2. Qué curioso, a veces deseamos algo desde tiempo atrás y, cuando no es concedido, somos presa el miedo. ¿Será porque todo es más dulce y eterno en nuestra imaginación y tenemos miedo de que se desmorone?
    Nos has dejado en ascuas.
    Un abrazo.

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  3. Felisa, tienes un don para las escenas sensuales, aunque no lo prodigas mucho.
    Me ha encantado. Quiero más.
    Un beso.

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  4. En la distancia corta; cuando se traspasa el umbral del aura personal; cuando ya no tienes, casi, recursos donde esconderte; cuando las caretas se cae y del coqueto “toreo de salón” y se pasa a pisar el albero, los terrenos “de adentro”... las palabras ya no valen como medio de comunicación. A nivel de palabras ya está todo dicho. La comunicación pasa a un leguaje corporal y es normal que en ese lenguaje no se esté ejercitado, se desconoce. Es normal y ese miedoes dramático.
    Muerte y vida se enfrenta en un prodigioso duelo… si es que estamos hablando de amor… porque amar es morir… y porque amar es dar la vida.
    Muy bella tu narración

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  5. Me ha gustado mucho el fragmento. Tratas con mucha frescura situaciones aparentemente manidas. Un abrazo.

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  6. Pues me gusta mucho, Felisa. Este fragmento está cargado de sensualidad. ¿Falta mucho para que podamos tener la novela?

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  7. "dejando pequeños charcos de urgencia a nuestro paso".
    Ufff. Apunta alto tu Novela.
    Seguro que será un éxito.
    Besos.

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  8. Escribes padrisimo...
    cuando sea grande quiero ser como tu...
    La forma e describes el deseo y ese beso es increible...
    Me imagin que ha de ser una novela buenisima.
    Saludos.
    XD

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  9. Gracias a todos por vuestros comentarios, y en respuesta a Susana, sólo falta que alguien quiera publicarla, por lo pronto le he enviado a un par de certámenes a ver si hay suerte.

    Un abrazo.

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  10. Pues suerte, Felisa. Me ha parecido muy tierno y me ha recordado la lealtad que incomprensiblemente tienen conmigo ciertas personas.
    Un beso.

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  11. Hay tardes de lluvia y ropa mojada.
    Urgencia de besos y pasiones escondidas.
    Que más se puede pedir a una historia como ésta.
    Felicitaciones, Felisa.
    Ah, seguro que pronto encontrarás quien publique tu trabajo. Suerte.
    Un abrazo

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