Alcaudete imaginado
miércoles, 21 de octubre de 2015
Arrugas en la memoria-Dossier informativo
UNA BELLA HISTORIA QUE
DESENMASCARA LA TRISTE REALIDAD SOCIAL DEL ABUSO INFANTIL
Arrugas en la memoria, Finalista del XXX Premio Felipe
Trigo y del II Certamen de Novela Corta López Torrijos, abre la nueva Colección
Olivo de Zahara de la Editorial Autores Premiados.
Se trata de una novela que ejemplifica un
estilo depurado y una cadencia que la convierte en accesible y recomendable a
todo tipo de lectores, una de esas joyas literarias que dejan una impronta, a
veces húmeda empañada por las lágrimas, pero en otras muchas ocasiones
esperanzada y aupada en la belleza honda de las emociones humanas y en la
insondable psicología de las relaciones sociales.
Tras
la trágica muerte de su compañera sentimental, Salvador siente la necesidad de
regresar al pueblo donde Noelia vivió su infancia para conocer más de su
pasado.
Un
escalofrío premonitorio, la fugaz visión de una muchacha joven idéntica a
Noelia o el halo de misterio que envuelve una vieja masía son elementos que se
conjugan en la búsqueda de ese pasado doloroso que Noelia se negó a compartir en
vida y que ahora parece aflorar entre la niebla, gris y húmeda, que recorre los
pastos del olvido.
Felisa
Moreno Ortega obtuvo con esta obra la condición de Finalista en el XXX Premio
Felipe Trigo y en el II Certamen de Novela Corta López Torrijos.
Proyección de la obra Arrugas en la memoria:
Arrugas en la memoria es una novela que pretende ir más
allá del entretenimiento. Con un estilo ágil y fluido nos adentra en una
historia con elementos fantásticos que, sin embargo, desenmascara una triste
realidad: el abuso infantil. Salvador, el protagonista de la novela, sabe que
Noelia, su recién fallecida mujer, tenía un secreto. Y no duda en acudir al
pueblo de esta para intentar descubrirlo.
El lector se
sentirá atrapado desde la primera página y acompañará a Salvador en sus
pesquisas, sufrirá con él un perturbador descubrimiento y, al final del libro,
conocerá el secreto de Noelia, ese que ella guardó celosamente en las arrugas
de su memoria.
El abuso
infantil es un mal que aqueja a nuestra sociedad, un delito la mayoría de las
veces encubierto porque la víctima es incapaz de denunciar. Bien porque asume
un sentimiento de culpa propio, bien porque la persona que lo comete le es tan
cercana que no comprende que pueda hacerle daño. El abuso infantil es una de
las preocupaciones de la autora que, con esta novela, trata de poner en
evidencia la situación por la que pasan muchos niños y niñas en nuestro país.
Desde el
punto de vista narrativo, la novela tiene momentos de gran belleza literaria,
de esta forma la autora suaviza lo dramático de la historia. Por ejemplo,
cuando Salvador nos describe la pasión que los arrastra en su primer encuentro
amoroso: “Subimos los peldaños de las
escaleras de dos en dos, a nuestro paso dejábamos pequeños charcos de urgencia,
la huella del deseo que nos llevaba en volandas, sin tregua para respirar.
Llegamos extasiados, y volvimos a fundirnos en un beso, mientras que nuestras
manos actuaban por su cuenta y arrancaban la ropa mojada, que caía al suelo
como la lana de las ovejas, mansa y acobardada”.
Esta novela
corta (106 páginas) nos muestra un estilo depurado, las frases están llenas de
contenido, nada sobra, lo prescindible se ha suprimido para que el lector pueda
adentrarse en la historia de una forma ágil, sin exceso de descripciones que
perturben la lectura. En apenas cinco líneas se puede describir un personaje de
forma concisa: “Noelia con el pijama
puesto, sentada en el sofá y con los pies en una silla, su postura favorita
para escribir en el portátil. Con el pelo suelto, rojo y alborotado,
encarcelando un rostro de proporciones exactas, ojos tintados en un verde
enorme y triste. Nariz pequeña, de niña traviesa, y labios gruesos,
entreabiertos en una expresión concentrada”.
Esto la hace
recomendable para personas que no tienen un hábito de lectura, pues consiguen
adentrarse en la historia con facilidad y no llegan a perder el interés en
ningún punto de la obra. Y los más habituados a leer pueden disfrutar a su vez
de un estilo rico en figuras literarias, algo que es difícil encontrar
en los best sellers actuales, más
centrados en la historia que en la calidad literaria.
También
encontramos en la novela descripciones duras, que tratan de impactar en el
lector para hacerle comprender la gravedad de este problema: “El Monstruo apareció al poco rato de estar
allí. Se acercó mucho y sentí su aliento de borracho en la nuca. Me cogió por
detrás, sabía que era él aunque no entendía lo que quería hacerme. Me besó
metiendo su lengua asquerosa en mi boca, luego sus manos, sucias y grandes, me
hicieron daño en las piernas, me pellizcó las nalgas hasta hacerme llorar”.
En
definitiva, Arrugas en la memoria es una
novela que puede llegar a cualquier lector, enriqueciendo sus experiencias
vitales y generando interés en algo tan grave como es el abuso infantil.
Breve extracto de la obra:
«Aquella tarde llovía con la intensidad que
solo las tormentas de verano pueden ofrecer. Corrimos hasta su casa al caer las
primeras gotas, pero en escasos segundos nos encontramos envueltos por una
cortina de agua que amenazaba con ahogarnos. Cuando conseguimos alcanzar el
portal ya estábamos empapados. Noelia se reía de mi aspecto, mi pelo había
perdido totalmente la compostura que yo me afanaba en darle antes de salir, en
un arduo trabajo de ocultar los claros, y dejaba a la vista su verdadera
apariencia. Le regañé y la cogí de los brazos, para después cerrar su boca con
un beso que me supo a colonia fresca. Noté que se entregaba, que su lengua
buscaba la mía con ansia, como si un deseo hasta ese momento reprimido se
hubiera desbocado y se derramara por su boca. Subimos los peldaños de las
escaleras de dos en dos, a nuestro paso dejábamos pequeños charcos de urgencia,
la huella de la pasión que nos llevaba en volandas, sin tregua para respirar.
Llegamos extenuados y volvimos a fundirnos en un beso, mientras que nuestras
manos actuaban por su cuenta y arrancaban la ropa mojada, que caía al suelo
como la lana de las ovejas, mansa y acobardada».
La autora
Felisa Moreno Ortega nace en Alcaudete (Jaén) en 1969.
Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales, ha dedicado gran parte de su
vida al desarrollo local.
Como escritora
obtuvo en el año 2007 el XVII Premio de Literatura para Escritores Nóveles que
convoca la Diputación de Jaén en la modalidad de Narrativa con su primera
novela, La asesina de los ojos bondadosos. Tras este galardón ha
recibido numerosos premios y menciones en diversos certámenes nacionales e
internacionales, y posee más de una treintena de publicaciones en antologías de
relatos editados en España y México. Con la obra El club de las palabras perdidas resultó Finalista en el XXV Premio
Jaén de Novela Juvenil. Un año más tarde, en 2010, recibiría la distinción de
Finalista en el XXX Premio Felipe Trigo y el II Certamen de Novela Corta López-Torrijos
con la novela Arrugas en la memoria.
Felisa Moreno está
adscrita como escritora al Circuito Literario Andaluz de la Junta de Andalucía,
imparte talleres de escritura creativa para niños, jóvenes y adultos, y
colabora periódicamente como articulista en el Diario Jaén. Su obra ha sido
reseñada en la revista de tirada nacional Qué
Leer y ha participado en multitud de medios audiovisuales como Canal Sur
Radio y TV, Onda Cero, Cadena Cope y Cadena SER.
MÁS INFORMACIÓN: Estefanía Abril 954 04 75 60 / 665 49 33 50
estefania.abril@autorespremiados.com
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