Un gran abrazo y millones de besos bloguerianos.
Alcaudete imaginado
viernes, 31 de diciembre de 2010
¡Feliz Año 2011!
Un gran abrazo y millones de besos bloguerianos.
jueves, 23 de diciembre de 2010
Esto no es una felicitación de Navidad
sábado, 18 de diciembre de 2010
Un nuevo libro: Microantología del microrrelato II, Ediciones Irreverentes
Escrituras de corta extensión aparecen en todos los tiempos. Ya Esopo hizo obras maestras de la narrativa en tan sólo unas líneas; obras que no sólo siguen vivas, sino que continúan siendo insuperables. Algo similar sucede con Chuang Tzu, Heródoto, Platón, Pausanias, Juvenal, Fedro o Lucilio. Oros relatos breves nos llegaron por tradición oral. Reunida la tradición popular y la erudita, en el S.xx, encontramos el relato breve en su expresión más concentrada: el microrrelato, una narración concisa, precisa y de una gran intensidad expresiva, ya que no es un resumen sino una «esencia».
Hijos de esta estirpe son los prestigiosos escritores que reúnen sus obras más breves en este libro: Fernando Savater, Luis Mateo Díez, Joaquín Leguina, Horacio Vázquez-Rial, Fernando Sánchez Dragó, Alonso de Santos, Manuel Hidalgo, Miguel Ángel de Rus, Carlos Augusto Casas o Antonio Gómez Rufo, que se unen a autores como los rusos Anatoly Kudryavitsky, Marina Vishnevetskaya y Roza Husnutdinova, o a los más interesantes representantes de la nueva narrativa española e hispanoamericana, sin olvidar clásicos como Rubén Darío, Ricardo Güiraldes, Ryunosuke Akutagawa, Antón Chejov, Romain Rolland o Isaac Babel, entre otros.
Alrededor de 80 relatos para sentir placeres rápidos e intensos.
Estos son los autores y textos de la Microantología del Microrelato II
Prólogo, VERA KUKHARAVA
Ahora que estamos casi establecidos en nuestra casa, YEATS
Aquel otoño del doctor Bovary, HORACIO VÁZQUEZ RIAL
Desnuda, con un cuervo, MIGUEL ÁNGEL DE RUS
Protocolo para desconcertar a la Inevitable, SANTIAGO GARCÍA TIRADO
Un cuento de amor a veces termina bien, JOSÉ MANUEL FDEZ. ARGÜELLES
Silvio canta y Clara silva, ¿claro?, NELSON VERÁSTEGUI
La última cena, IGNACIO DEL MORAL
La chica de los ojos azules, JOSÉ LUIS ALONSO DE SANTOS
Diccionario. ISAAC BELMAR
La palabra esencial, JUAN PATRICIO LOMBERA
La prometida virgen de Mustafá Babá, ANDRÉS FORNELLS
Locuras estivales, ANTONIO GÓMEZ RUFO
El ángel murió en Astorga, MARÍA ZARAGOZA
Monologus vital, JOAQUÍN LERA
La herida del cerezo, JUAN MARTINS
Cuando a Dios le gustaba el cine, MANUEL CORTÉS BLANCO
El ateo, FABRICIO DE POTESTAD
Por la nieve hacia el prorub, ROZA HUSNUTDINOVA
Erika y Laura, FRANCISCO LEGAZ
Un sueño hecho realidad, EVA MARÍA CABELLOS
Bus stop, ÁLVARO DÍAZ ESCOBEDO
Aventura en Bangkok, FERNANDO SAVATER
La judía verde (Ocurrió en primavera), IGNACIO SORET
Alice, VIOLETA SÁEZ
Corrupciones, FERNANDO SÁNCHEZ DRAGÓ
Acto innominado, FERNANDO MOROTE
El día del encuentro, CAROLINA SÁNCHEZ MOLERO
El topo y el huevo, MARINA VISHNEVETSKAYA
El hombre que llegaba demasiado tarde,. PEDRO AMORÓS
La jubilación santa, MANUEL VILLA-MABELA
Los dados, MARY A. RUM
La lógica de mi tía Julia, JOAQUÍN LEGUINA
Tatsukete, TWIGGY HIROTA
Gennaro, ANTONIA RUSSO
Mi país, JORGE MAJFUD
Dos amigas vecinas, SARA GARCÍA-PERATE EYZAGUIRRE
La cara no es el espejo del alma, TERESA GALEOTE
No me queda más remedio, GONZALO LÓPEZ CERROLAZA
Così fan tutte, RAÚL VALLEJO
Conmemoración, GUIDO FINZI
El sueño, LUIS MATEO DÍEZ
Cachorro, FÉLIX DÍAZ
La doscolas, ANATOLY KUDRYAVITSKY
Instantáneas, RAÚL HERNÁNDEZ GARRIDO
Escena Urbana, MANUEL HIDALGO
La mujer más fea del mundo, FELISA MORENO
«...Y el arte habló en rosa y rojo...» Me interesa este juego, CRISTINA PADÍN
La cárcel de las vanidades, JOSÉ ENRIQUE CANABAL
Hombre menguante, MANUEL AMORÓS
F.L.G., PALOMA DEL PALACIO
Pinto, Pinto, Gorgorito, CARLOS AUGUSTO CASAS
Anécdota, AMBROSE BIERCE
Kappa, RYUNOSUKE AKUTAGAWA
El hombre que tenía dos esposas, ESOPO
Una pequeña fábula, FRANZ KAFKA
El sueño del Rey, LEWIS CARROLL
Un teólogo en la muerte, MANUEL SWEDENBORG
Mensaje, THOMAS BAILEY ALDRICH
En la romería de Sokólniki, ANTÓN CHEJOV
Flores de las tinieblas, VILLIERS DE L’ISLE ADAM
La inocencia de Reginald, SAKI
El león, JEAN DE LA FONTAINE
Los ojos culpables, AH’MED ECH CHIRUANI
El imán, OSCAR WILDE
El profeta, el pájaro y la red, AH'MED ET TORTUCHI
Fausta influencia del sistema decimal sobre la cuestión obrera, ALPHONSE ALLAIS
El rabino, ISAAC BABEL
La zorra y el busto, FÉLIX MARÍA DE SAMANIEGO
Crítica de la esperanza a la luz del amor, MARCEL PROUST
El fin, RABINDRANATH TAGORE
Vida de Ramakrishna, ROMAIN ROLLAND
Sátira X, DÉCIMO JUNIO JUVENAL
Naturaleza muerta, RUBÉN DARÍO
Venganza, RICARDO GÜIRALDES
Nada, LA VIZCONDESA DE SAINT–LUC
¡Qué diferencia!, EL VIZCONDE DE SAINT–LUC
No pudo ser, me quedo en finalista del Felipe Trigo
Aunque yo no utilizaría la palabra fracaso, sobre todo en este caso, en que he conseguido estar entre los finalistas de un premio del prestigio del Felipe Trigo. Esto hace que confíe un poco más en mi novelita, que siga luchando por sacarla adelante. Llegará su momento, estoy segura, es algo que también he aprendido en los años, que ya van para cuatro, que llevo metida en esta locura de intentar ser escritora.
La asesina de los ojos bondadosos, mi primera novela, no ganó el primer premio al que la presenté, pero no me rendí, seguí mejorándola y presentándola a más certámenes, hasta que obtuvo el primer premio de la Diputación de Jaén y fue publicada.
Mis relatos han rodado de concurso en concurso, unos han ganado, otros han quedado finalistas, muchos han sido publicados en libros. Algunos se han quedado guardados en mi ordenador hasta que la editorial Hipálage decidió apostar por ellos y publicarlos en el libro “Trece cuentos inquietantes”.
El club de las palabras prohibidas, una novela juvenil, quedó finalista en los premios literarios Jaén de Caja Granada, luego una editorial la rechazó de malas maneras. Finalmente la publicará otra editorial que ha apostado por mí, Edimáter, con la que acaba de publicar nuestra amiga Maribel Romero su libro infantil “Charli y los cinco peligros”, muy recomendable, por cierto.
Con todo esto vengo a decir que esta noche no he recibido la llamada que esperaba, que aún no sé quiénes son los ganadores, pero desde aquí les envío mis más sinceras felicitaciones.
Yo me quedo con mi premio de finalista y la ilusión de que algún día veré mi novela plasmada en papel.
viernes, 17 de diciembre de 2010
Reseña en Sobreliteraturafantástica por Pilar Alberdi
jueves, 16 de diciembre de 2010
Presentación del libro "Diez cartas de amor"
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Tiempo de cosecha
Los días eran largos y pesados incluso para ella, demasiado pequeña para colaborar; pero al final de la tarde, cuando se recogían los aperos y miraban hacia atrás para ver los sacos llenos, que reposaban como animales cansados en mitad del olivar, sentían la satisfacción del trabajo bien hecho, la seguridad de que su esfuerzo no sería en vano, que aprovisionarían de aceite las despensas y de dinero las arcas de la familia, y asegurarían el sustento de la misma. Entonces las dudas no asaltaban su ánimo ni lloraba a escondidas tratando de buscar el motivo de tanta tristeza, las cosas eran más sencillas..."
lunes, 13 de diciembre de 2010
Faltan cuatro días
domingo, 12 de diciembre de 2010
Video de mi presentación en Letras Capitales
http://www.saladevideoonline.com/centroandaluzdelasletras?video=471
viernes, 10 de diciembre de 2010
Alcaudete Imaginado: Las huertas
La huerta parecía abandonada, apenas unos árboles sobrevivían en medio de las malas hierbas que se comían el terreno, devorando aquella tierra fértil y fecunda hasta transformarla en un erial. No me preocupaba en exceso, mi intención era rehabilitar el cortijo y construir una piscina. María estaba embarazada, los dos esperábamos con ilusión al que sería nuestro primer y tan deseado hijo Alfonso.
Apenas reparé en aquel árbol el primer día, un melocotonero que se encontraba más bien apartado, en una esquina del terreno, casi oculto por el hierbazal que amenazaba con engullirlo. En las siguientes visitas al terreno, mientras trazaba planos y edificaba castillos en el aire, su sombra empezó a perseguirme. Del tronco retorcido salían unas ramas secas, como los brazos esquilmados de un esqueleto. No era una imagen seductora, pero me atraía. Mis ojos la buscaban al llegar, y no me sentía tranquilo hasta comprobar que seguía allí.
Los trabajos avanzaban, los albañiles hacían su labor con rapidez. La piscina ya era un gran hoyo excavado en la tierra que rezumaba agua, el líquido se filtraba desde el río cercano, el Víboras, del que apenas me llegaba un murmullo de frescor. Marzo se aproximaba a su fin. María y yo contemplábamos absortos su vientre abultado, a mi cabeza vino la imagen de un melocotón y el tacto de su piel de seda. En ese momento miré al árbol que nos observaba impasible desde su esquina; el milagro de la vida se abría paso, en una de sus ramas había nacido una flor rosada, tersa y suave como la barriga de mi esposa.
Sentí una extraña desazón. Cuando compré aquella huerta nunca había pensado en otra cosa que habilitar un lugar de descanso, un sitio donde disfrutar de la infancia de mi hijo. Poco me importaban los árboles, y menos aquel triste melocotonero que parecía condenado a la extinción. Ahora me sentía responsable. Algo latía bajo la piel muerta de sus ramas. A aquella flor le seguirían otras; la vida, igual que en el vientre de mi esposa, pugnaba por abrirse camino.
Compré una azada, me rompí las manos, maltraté mi espalda. Conseguí mantener a raya a las malas hierbas que atenazaban su tronco. Mi siguiente adquisición fue un pequeño tractor de segunda mano. No podía evitar pensar en el resto de los árboles, el ciruelo, los manzanos, los perales…; tan abandonados como el melocotonero. Pasaba mis horas libres dedicado a transformar la huerta, y observaba asombrado el más mínimo progreso. Cultivé tomates, pimientos, sandías, melones,… Recordé a mi abuelo, cómo le hubiera gustado verme allí, ser testigo de aquel regreso inesperado a mis orígenes. En mi mente seguía grabada su figura inclinada sobre la hortaliza, el sombrero de paja, sus manos fuertes y curtidas, que también sabían acariciar mi piel de niño.
El día que cogí los primeros melocotones nació Alfonso. María fue la primera en probarlos. Se los ofrecí pelados, me sonrió agradecida y los mordió con ansia, apenas acabó de comerse un par de trozos cuando me miró con el rostro lívido. Acababa de romper aguas. Emprendimos una carrera desenfrenada que nos llevaría al hospital. Unas horas después, casi cuatro kilos de ilusión, provistos de los ojos más hermosos del mundo, se colaron para siempre en nuestras vidas.
Pocos días más tarde, vino a visitarnos el antiguo propietario del terreno. Paseamos juntos, admiró la rehabilitación del cortijo, la piscina y el buen aspecto que presentaba la huerta. Se quedó sorprendido al ver el melocotonero, verde y reluciente, que aún conservaba algunos frutos, maduros y grandes como puños. Le ofrecí un melocotón, que cogió mirándolo con estupor.
Es imposible, me dijo, imposible. Si no lo veo no lo creo. Le pedí que me explicara la causa de su asombro. Fue entonces cuando me dijo que aquel árbol llevaba seco más de tres años. Tres años sin florecer, sin ver crecer las hojas en sus ramas y, por supuesto, tres años sin dar fruto.
Tres años, los mismos que nosotros habíamos tardado en concebir a Alfonso tras decirnos el médico que era imposible, que nunca seríamos padres.
Reseña de mi libro en El alma impresa, por Sergio G. Ros
viernes, 3 de diciembre de 2010
VI Certamen Poemas sin rostro, Canal Literatura
1. Podrá participar en este certamen cualquier autor mayor de edad que lo desee, con una sola obra, escrita en español.
2. El tema es libre.
3. Los trabajos presentados deberán ser originales e inéditos (incluido Internet) y no premiados ni pendientes de fallos en otros concursos. Cualquier comprobación en este sentido será motivo de descalificación automática.
4. La extensión de los poemas tendrá un límite entre 10 versos mínimo y 60 máximo.
5. Las obras deberán ser remitidas en soporte informático . En un correo electrónico que incluirá los siguientes documentos adjuntos debidamente cumplimentados con una imagen del documento de identidad acreditativo, a la dirección: certamen@canal-literatura.com
Puedes descargarlos pinchando en los tres enlaces siguientes:
a)- Formulario Datos del Autor-PLICA
b)- Declaración del autor
c)- Versos del poema incluyendo título y seudónimo.
6. El plazo de recepción de originales finalizará el 10 de enero de 2011
7. Se otorgarán tres premios que consistirán (de momento) en:
• Primer premio: 200 euros, trofeo
• Segundo premio: 100 euros, trofeo
• Tercer premio: 50 euros, trofeo
• Premio especial del publico: Trofeo y la dotación de este premio que será la aportación de los usuarios del Canal Literatura, durante la celebración del certamen.
Todos los poemas finalistas y ganadores pasarán a formar parte de la sección en la Web: “Poemas sin Rostro” en texto y audio.
8. La propiedad de las obras será de los autores aunque la Asociación Canal literatura se reserva el derecho de la primera publicación de todas las obras en su Web durante y después del certamen indefinidamente y la primera publicación impresa de ganadores y finalistas en el segundo volumen de “Poemas en el Canal” en caso de decidirse su publicación y contar con los medios económicos que la posibiliten.
9. Los premios de este certamen no podrán declararse desiertos.
10. El fallo del Jurado, que resolverá a su criterio las dudas que pueda plantear la interpretación de estas Bases o cualquier incidencia que pueda surgir durante el desarrollo del certamen, será inapelable y se hará público en la web del canal literatura.
11. Si algún participante utilizara un seudónimo que pudiera ser reconocido o crear algún tipo de confusión con los nick (alias) usados habitualmente en el canal literatura, será informado vía correo electrónico de esta circunstancia, para que proceda al cambio del mismo. En último caso, se le asignaría un seudónimo alfanumérico aleatorio que garantizara su total anonimato para todos los ámbitos del certamen.
12. De igual forma se advierte a los concursantes que no deben compartir sus relatos en las redes sociales hasta la publicación de los 10 finalistas (Tuenti, Facebook, Twiter, etc…) si esto conlleva desvelar la autoría y la identidad real del autor que participa.
La participación en el concurso implica la íntegra aceptación de las presentes Bases.
Recomendamos acceder a la web especial del premio para estar informado correctamente y descargar los formularios originales para poder participar en: http://www.canal-literatura.com/Apoesia6
13. Los poemas que no figuren es esta web trascurrido el plazo de una semana desde su envío, es que no han sido admitidos a concurso.
14. La votación del público se hará, una vez finalizado el plazo de presentación en esta web y por el sistema de estrellas que aparecerán debajo de cada poema. El proceso y las normas de votación se anunciará una vez finalizado el plazo de entrega de originales.
• Queremos resaltar desde ahora que todas las votaciones efectuadas consideradas fraudulentas serán borradas.Todas las votaciones duplicadas que se compruebe que proceden de una misma IP serán borradas. Advertimos como cada año que no se dará ninguna explicación sobre estas decisiones técnicas.
• Las aportaciones de los usuarios y concursantes a estos premios pueden hacerse por transferencia a la cuenta de la Asociación Canal Literatura indicando:
Aportación Premio del Publico, indicando el nombre o NIck.
Nº de cuenta 2043 0143 46 0200004600
Podéis ver las aportaciones en el apartado siguiente:Aportaciones al Premio Especial del Publico
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Presentación de Perversiones, esta tarde en Granada
Perversiones nos ofrece una escogida selección de relatos eróticos. Autores como Neuman, Olgoso, Esquivias o Brasca acompañados de ilustradores de primer nivel como Raulo, Martín Pardo ó J. López, nos proponen una inmersión literaria en el enigmático mundo de las parafilias.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Una gran noticia: Reseña de mi libro en la revista Qué Leer
lunes, 29 de noviembre de 2010
Escribir una novela, más o menos larga
Es la primera novela que voy a escribir en primera persona y tengo dudas sobre el resultado, pero ya he tomado la decisión. No será un texto largo, no creo que la historia dé para más de 120-150 páginas, quizás eso ayude a que no se haga demasiado pesado estar escuchando siempre la misma voz.
El otro día, en la presentación de mi libro en Jaén, alguien me preguntaba si no me había planteado escribir una novela más larga. Mi respuesta fue algo así: creo que no estoy preparada para afrontar ese desafío, por dos motivos, por la falta de tiempo y por la organización. En cuanto al primero, está claro, el tiempo que empleo en escribir es fragmentario, me cuesta mucho dedicar un día entero a la escritura, una novela de más envergadura necesita muchas horas y, a ser posibles, seguidas. En cuanto al segundo, no soy una persona organizada, no suelo tomar notas, quiero llevarlo todo en la cabeza, y si a esto añadimos que mi memoria no es demasiado buena, se puede imaginar el resultado, un auténtico caos. Terminé comentando que quizás mi sitio esté en el cuento y en la novela corta, no todos estamos capacitados para escribir novelones de más de 500 páginas.
Quizás otro motivo sea que me gusta contar las historias en pocas palabras, depurar el lenguaje, estrujarlo, sacarle el máximo rendimiento. A veces, leyendo novelas, sobre todo esas tan largas, observo que hay ideas o conceptos que se repiten con demasiada frecuencia; que se insiste sobre lo mismo; que se podrían eliminar párrafos enteros sin afectar a la historia. Y no me gusta, tengo la sensación de que me hacen perder el tiempo.
No todas las novelas son así, por supuesto, no creo que se pueda valorar la calidad de una novela por el número de sus páginas. Hay ejemplos de novelas excelentes de los dos tipos.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Más reseñas de Trece cuentos inquietantes
Ojalá se nos acaben los motivos para celebrar este día
martes, 23 de noviembre de 2010
Uno de mis relatos en Perversiones
En este libro se incluye un relato escrito por mí, "Narratofilia", donde se describe una apasionada historia de amor, sexo y letras.
Andrés Portillo, Rafael Linero, Raúlo Cáceres, Ángel Olgoso, Antonio Dafos, Isabel González González, Manuel Moyano, Quim Pérez, Jorge Fornés, Vicente Muñoz Álvarez, Hugo Rg [pobreartista], Joaquín Torres, U! a.k.a Uriel A. Durán, Ginés Cutillas, Miguel Sanfeliu, Fusa Díaz, Cristina de Cos, Fco. Javier Pérez, Pablo E. Soto, Hugo García, Marina Guiu, David González, Pablo Gallo, Carlos Vitale, Manuel Rebollar, Ana Ayuso Verde, Isabelle López, Francisco Naranjo, Alejandro Santos, Rubén Little Nemo, Marina Baizán, Hilario J. Rodríguez, Elvis Gato, Juan Jacinto Muñoz Rengel, José Ángel Barrueco, Isabel Wagemann, David Guirao, Joan Ripollès Iranzo, El Bute, Eva Díaz Riobello, Salvador Moreno Valencia, Popá, Elías Moro, Martín Pardo, Carlos Manzano, Kikus, Nacho Cagiga, Felisa Moreno Ortega, Andrés Neumam, Juan Gonzalo Lerma, Manu Espada, Joaquín López, M. A. Cáliz, Pepe Cervera, Rita Vicencio, María Simó, José Ángel Cilleruelo, José Abad, Amanda Manara, Miguel Ángel Zapata, Federico Villalobos, José Cruz Cabrerizo, Esteban Gutiérrez Gómez, Oscar Esquivias, Pablo Ruiz, Carola Aikin, Raul Brasca.
lunes, 22 de noviembre de 2010
Crítica a mi libro en La soledad del corredor de fondo
viernes, 19 de noviembre de 2010
Fotos de la presentación
miércoles, 17 de noviembre de 2010
El sueño de las palabras
Leer me llevó a escribir, con catorce años gané un premio en el colegio, en realidad fueron dos, uno de matemáticas y otro por un cuento. Aquellos premios, cada uno a su manera, me ayudaron a conseguir mi sueño en ese momento, estaba en octavo de la extinta EGB y quería seguir estudiando, pero todo apuntaba a que no podría ser, que tendría que repetir la vida de decenas de niñas de mi pueblo, el campo o los talleres clandestinos de costura, o las dos cosas. Esos premios cambiaron el rumbo de mi destino.
Otro premio, más de veinte años después, esta vez en un certamen de cartas de amor, me descubrió un mundo lleno de posibilidades, un mundo que siempre me había apasionado desde fuera, el de la literatura. A ese premio le sucedieron otros, hasta hacerme acariciar la idea de que mi otro sueño, el de las palabras, también podría realizarse. Cuatro años después sigo soñando, este blog es testigo de mis avatares, no es fácil abrirse camino, ni tan siquiera es sencillo escribir, supone mucho esfuerzo y trabajo, la imagen del escritor llevado por las musas hasta su obra maestra se desvanece conforme te das cuenta de que no es así, que además de talento o inspiración, necesitas una gran fuerza de voluntad, que escribir requiere esfuerzo y tiempo, mucho tiempo.
Mañana presento mi libro en la Biblioteca Provincial de Jaén, a fuerza de repetirlo y leerlo en los carteles, en las tarjetas de invitación, lo voy viendo normal, pero cuando me paro a pensarlo, cuando reflexiono, me doy cuenta de que estoy adentrándome en mi sueño, que me abro paso despacio y que, con paso indeciso, camino hacia él.
Mañana me gustaría que me acompañarais, sé que muchos de los que leéis estas palabras estáis a cientos de kilómetros de aquí o que tenéis obligaciones que os lo impiden, pero me hace ilusión pensar que venís conmigo hasta esa sala, por donde antes han pasado escritores consagrados, para acompañarme en este día tan especial.
Hoy me siento feliz y quería contarlo, como hago otras veces cuando me asaltan las dudas, creo que las alegrías se ensanchan al compartirlas y las tristezas se empequeñecen, no sé si será una teoría absurda, pero a mí me funciona.
Gracias por estar ahí. En este día de lluvia os regalo un arcoiris.
lunes, 15 de noviembre de 2010
La madre
Cada vez que la mira a los ojos tiene la sensación de estar asomándose a un pozo oscuro y profundo, un enmarañado de tinieblas y miedos.
No hace tanto podía adivinar todos sus movimientos incluso antes de que empezara a ejecutarlos, como si se tratara de la coreografía de un ballet mil veces visto.
Este pensamiento le lleva de la mano hasta sus primeros años, cuando apenas levantaba un palmo del suelo y se agarraba a su mano con fuerza al cruzar el semáforo que las llevaría hasta la escuela de danza. Aún no había cumplido los cuatro años.
Ahora se pregunta si no estaría allí el origen de la desgracia, si no sería ella la culpable por animarla a ser una bailarina, a cumplir el sueño que ella nunca logró. Quiso pasar por alto que su hija, como ella, era una niña regordeta, de pies pequeños y hoyuelos en los dedos, que su constitución no era la más apropiada para la danza. Duele sentirse culpable, pero lastima más no saber qué hacer, qué camino tomar para ayudarle a salir de ese cenagal de vómitos y hambrunas.
Observa como termina el desayuno, sin ganas, como un pajarillo inapetente. Mira su piel mortecina, la nariz afilada, el perfil transparente de sus orejas, las flores moradas de sus labios. No parece su niña. La ilusión por vivir se le escapa entre sus dedos, tristes y descarnados, que dejan resbalar la tostada hasta ocultarla bajo la servilleta. Ella finge que no la ha visto, prefiere que coma poco a que luego vomite. Hoy tienen cita en la clínica. A la madre no le gusta ir allí, teme ver las imágenes de esos cadáveres vivientes que deambulan por los pasillos. Su hija todavía puede pasar por una chica demasiado delgada, aún no lleva escrita en la frente la palabra maldita: anorexia.
Es tan hermosa, piensa la madre mientras conduce con la mente tan alejada del tráfico que, al cambiar el semáforo, a punto está de chocar con el coche que la precede. Le gustaría hablarle, decirle cuánto la quiere, cuánto la quiso desde el momento que vio su carita rosada en la sala de partos, olvidando de golpe el esfuerzo y el dolor sufrido durante más de veinte horas. Un parto de primeriza.
Se bajan del coche, intercambian una mirada angustiada, llena de inseguridad, la madre nota la presión de aquellos dedos famélicos en la palma de su mano, como el primer día que la llevó al colegio. En esa ocasión se separó de ella muerta de miedo, pero sin llorar ni gritar, como hacían los otros niños. Sólo le dirigió una mirada acusadora que la llevó a estar todo el día inquieta, con la sensación de haberle fallado, y la seguridad de que lo había hecho por su bien. Sabe que hoy tendrá que regresar sola, que Maite se quedará allí, ya ha dado un primer paso, aceptar que está enferma.
Busca sus ojos, esta vez no ve reproches, tan solo miedo. Un miedo como el que aprieta su garganta, que le impide hablar y decirle cuánto la quiere, cuánto la ha querido desde que nació, desde que la matrona la dejó sobre su pecho, húmeda y desamparada.
Es la hija quien inicia la despedida, sus palabras son susurros apenas musitados.
- Debes marcharte mamá, estaré bien, voy a curarme. Quiero curarme, aquí me ayudarán.
La madre no puede hablar, quisiera decirle que sí, que seguro que se recuperará, que la esperará, que cuando regrese harán miles de cosas juntas, todo lo que no han hecho desde que ella dejó de ser ella, desde que se convirtió en una extraña con ojos de pozo.
No dice nada. Le da un beso y se marcha sin decir adiós, no quiere que la vea llorar.
domingo, 14 de noviembre de 2010
Horacio Convertini gana el premio Cosecha Ñ
En estos días me siento muy orgullosa de ser su amiga, acaba de ganar el premio Cosecha Ñ, uno de los más importantes por su cuantía y prestigio. Os dejo por aquí una nota de prensa y el enlace a la página donde se puede leer su relato.
Para leer el relato:
Por Agencia EFE – Hace 1 día
Madrid, 12 nov (EFE).- Por su relato "Uru", el periodista argentino Horacio Convertini recibió hoy el premio Cosecha Eñe 2010 en una ceremonia celebrada en el marco del Festival Eñe que tiene lugar hoy y mañana en Círculo de Bellas Artes de Madrid, informó la organización en un comunicado.
"Uru" fue elegido por un jurado formado por los escritores Luis Mateo Díez y Rosa Montero; la directora editorial de Alfaguara, Pilar Reyes, y los miembros de la revista de literatura "Eñe"Camino Brasa y Toño Angulo.
El relato ganador narra, con un brillante vocabulario y recursos literarios, el recuerdo que guarda un adolescente de Uru, un personaje que marcó su infancia, según una nota de prensa.
Asimismo, el jurado apuntó que "Uru" "recuerda a aquellos (relatos) del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti por el tema elegido y por su 'premisa dramática', sobre todo a 'Jacob y el otro'".
Convertini (Buenos Aires, 1961), que es periodista, escritor premiado y editor del diario "Clarín", ha publicado la novela "El refuerzo"; el libro de relatos "Los que están afuera" y las novelas infantiles "La leyenda de los Invencibles" y "La noche que salvé al Universo".
El ganador, que recibirá 3.000 euros y la publicación del relato premiado en el número de invierno de "Eñe. Revista para leer", compitió junto a más de 2.000 relatos de 36 países.
viernes, 12 de noviembre de 2010
DOS MICRORRELATOS DE FRANCISCO RODRÍGUEZ CRIADO
LA IRA DE ZEUS
Atraído por mis crónicas sobre la Grecia moderna y el aroma de mi café expreso, Zeus visitaba mi casa al menos una vez por semana. Nada más cruzar el umbral dejaba su terrible rayo en el paragüero del vestíbulo y, sonriendo, su famosa águila posada en el hombro, venía hacia mí con los brazos abiertos. Era un tipo afable y locuaz, aunque con mucho carácter. (Qué les voy a contar que ustedes no sepan a estas alturas.)
Durante la tertulia –nunca antes de apurar la segunda taza de café– se mesaba la barba mientras me hacía partícipe de los graves problemas a los que se enfrentaba en “el gobierno de este nefasto imperio que es el mundo, donde todo son conflictos y desdichas”. Le gustaba hablar de su infancia, de las guerras que había librado, de los castigos infligidos a quienes habían desoído su voluntad y, cómo no, le gustaba jactarse de su numerosa descendencia con diosas y mujeres de carne y hueso. En verdad ese era su tema preferido: las mujeres. Yo, pobre mortal, me limitaba a contarle naderías: mis fracasos literarios, los problemas domésticos, las dificultades para llegar a final de mes y, como dije antes, alguna que otra anécdota de mi pasada estancia en Grecia, un viajecito en Atenas... En resumen, poca cosa.
Todo iba bien hasta que Zeus, señor del cielo y dios de la lluvia, padre de los seres humanos, tuvo que ausentarse unos días de la ciudad.
–He de estar presente en los Juegos Olímpicos que se celebran en mi honor –se excusó complacido.
En su lugar envió a su hija Helena (a la postre Helena de Troya), la mujer más bella de Grecia. Subyugada por el café y mi colección de discos de los Beatles, consternada por la soledad que exhalaban mis ojos apagados, Helena durmió aquella noche en mi cama.
Zeus, al enterarse, arremetió con toda su furia contra este indefenso servidor.
Manco del brazo derecho desde ese instante, habrá de perdonar el lector la brevedad y falta de puntería de mis últimos escritos.
MENDEL, DE LA CALLE MARKET
Mendel, el pintor que vivía en la calle Market, había convencido a un amigo labriego, viejo y achacoso como él, para que le cortara la oreja izquierda. Mendel era sordo de ese oído desde los ocho años, secuela de unas fiebres mal curadas; así que pensó que no tenía nada que perder. Después de la “hazaña” su fama de autor maldito recorrería todo el país y sus cuadros, por fin, serían apreciados en su justa medida. ¿Qué tenía Van Gogh que no tuviera él? “Guardaré la oreja en la nevera e invitaré a grandes personalidades de la cultura a que vengan a admirarla”, le dijo a Moshe, que era el nombre del labriego. Éste se encogió de hombros, alzó la hoz y cortó la oreja de un tajo limpio. Aunque la amputación resultó un éxito, el tiempo se encargó de arruinar las previsiones del pintor. Los galeristas seguían rechazando sus obras; su mujer, harta de sus extravagancias, lo abandonó; y sus hijos Yoshua y Lea, avergonzados, optaron por negarle el saludo. Era increpado por unos y otros; los niños le perseguían por la calle y entre burlas coreaban: “Mendel el loco, Mendel el loco”; el rabino alzó las manos e invocó al Todopoderoso pidiendo perdón por su “alma extraviada”; los acreedores le reclamaban a voces el pago de sus deudas. Por si fuera poco, un funcionario del juzgado le había amenazado con el desahucio. La palabra “idiota” estaba en boca de todos. Ante estos reproches, Mendel, con aire de no entender nada, se mesaba su larga y canosa barba y sonreía más feliz que nunca: Moshe, pobre ignorante, le había cercenado la oreja equivocada.
Francisco Rodríguez Criado Cáceres, 1967) compatibiliza desde hace tiempo la escritura con la docencia en talleres literarios. Es autor de de la novela Historias de Ciconia (De la Luna Libros, Mérida, 2008) y de cuatro libros de relatos: Sopa de pescado (Editora Regional de Extremadura, Cáceres, 2001), Los Bustamante, una familia del siglo XXI (Diputación de Badajoz, 2001), Siete minutos (La bolsa de pipas, Palma de Mallorca, 2003) y Un elefante en Harrods (De la Luna Libros, Mérida, 2006). También es autor de la recopilación de articuentos Textamentos (Alcancía, Cáceres, 2005).
Más información en su web: www.rodriguezcriado.com
Rodríguez Criado mantiene una columna de periodicidad semanal ("Textamentos") en EL PERIÓDICO Extremadura (los miércoles, en la contraportada) desde diciembre de 2005. Realiza, además, trabajos de corrección de estilo para editoriales y particulares e imparte talleres de escritura creativa en Madrid, con Universidad 2015. Asociación para la Formación.
Su blog, narrativabreve.com, es un punto de referencia para numerosos internautas interesados en la narrativa breve en castellano.
jueves, 11 de noviembre de 2010
Antología I Premio Grup Lobher de Relato Temático
El Jurado, compuesto por los escritores Pedro Antonio Curto, ganador del IV Premio Ciudad Ducal de Loeches, y Javier Farto, y la directora de la Revista Literaria Gotas de Tinta, Mercè Lobo, junto con el responsable de Grup Lobher Editorial, Roberto Hernaiz, han emitido el fallo del I Premio Internacional Grup Lobher de Relato Temático 2009.
Dada la cantidad y calidad de los relatos recibidos el Jurado ha estimado conveniente la ampliación del número de finalistas a 28 en lugar de los 21 inicialmente indicados.
El Jurado ha decidido por unanimidad otorgar el premio al relato titulado Red Mortal presentado bajo el seudónimo Antonina Maldonado Genil perteneciente al escritor vizcaino Ramón Zarragoitia Mezo.
Ha seleccionado como finalistas los siguientes 27 relatos cuyos títulos y autores se indican a continuación (por orden alfabético):
Una vida en un segundo de Antonio Arteaga Pérez
El listillo de Alexis J. Brito Delgado
La otra ventana de Marta Cañigueral Ayllón
La cueva de la caja de Sergio Ferrando Soler
Contacto de Jesús Fornis Vaquero
Embrollo en la red de Johari Gautier Carmona
Bienvenido Mundo, soy la Tere de Belén Granda de Frutos
El amor en tiempos internáuticos de Salomé Guadalupe Ingelmo
Redes antisociales de Lidia Herbada Romeo
Cambio de Francisco José Herranz López
Terror en la web de María Luisa Landman R.
NENA38 de Antonio Larrey Lázaro
Realidad o ficción de Pilar López Bernués
La soledad del ventrílocuo de Cristina Mejías Irigoyen
¿Virtual o personal? de Úrsula Méndez Rodriguez
Divorciado-Cariñoso de Felisa Moreno Ortega
Virtual realidad de Julián Muñoz Carrasco
Sin secretos para tu condena de Ernesto Antonio Parrilla
A pesar de todo de María Isabel Pérez Ríos
Mi enemiga amiga: La red social de Juan Quintero Herrera
El pasado te ha agregado como amigo de Nydia Ramírez Alcaraz
La hora de la verdad de Salvador Robles Miras
Extraño asesino de José Alexander Rodríguez Leudo
Nieve de Gonzalo Tomás Salesky Lascano
Te extraño a menudo de Íñigo Sota Heras
Yamila no está de Viviana Beatriz Tapia
El gran viaje de Ana Vidal Egea
martes, 9 de noviembre de 2010
Cifras editoriales
Como otras veces, aunque hace ya tiempo de la última entrada, os traigo un post extraído del blog Miserias Literarias, una página muy interesante para todos aquellos que queremos ser escritores.
Cifras editoriales
Suele darse una cierta controversia acerca del volumen a alcanzar para que un determinado lanzamiento pueda considerarse un «éxito de ventas» dentro del ámbito editorial. La controversia suele generarse porque dichas cifras, lejos de ceñirse a patrones objetivos, deben ser evaluadas mediante factores completamente arbitrarios. No se obtiene el mismo balance de resultados si la editorial Makario vende 3.000 ejemplares de la última edición del poeta taoísta Nikito Nipongo —lo que podría considerarse un clamoroso éxito de público y crítica— que el que el grupo Planeta venda 3.000 ejemplares de la última obra de Matilde Asensi —que sería considerado como un estrepitoso fracaso—. Aun siendo, a efectos objetivos, la misma cantidad de ejemplares vendidos, los criterios de su análisis serían muy diferentes.
Todo el mundo ha oído hablar del extendido tópico de que en España se edita mucho, demasiado quizá. Y no siempre bien. Se maneja la cifra de 70.000 ediciones anuales y si bien esta cifra es algo truculenta —esa cantidad incluye reediciones, folletos, revistas y asuntos varios—, lo cierto es que es una cifra realmente alta. La tirada media por lanzamiento de una editorial española media suele rondar los 2.000 ejemplares. Esto no quiere decir nada y mucho menos el que todo autor, por el hecho de publicar, contemple cómo 2.000 retoños suyos ven la luz. Hay que tener en cuenta que para que esa media se mantenga, cuando surge una tirada superior a los 25.000 ejemplares —más que habitual para un autor reconocido de una editorial de primera línea—, la media tiene que compensarse con 19 tiradas de 800 ejemplares. Y, por otro lado, el camino a recorrer para que una edición en concreto destaque de entre ese maremagnum de 70.000 lanzamientos es muy complejo si no se cuenta con la maquinaria del marketing detrás —y aún contando con ella, en muchas ocasiones, se convierte en un intento fallido—. Hoy en día, en España, vender por encima de los 10.000 ejemplares ya puede ser considerado éxito de ventas. Se le adjudica la etiqueta de best seller a todo lanzamiento que supere los 30.000 —50.000 según estiman otras fuentes— ejemplares vendidos. A título anecdótico, un autor suele embolsarse por un éxito de ventas estándar una fortuna que rondaría en torno a los 18.000 euros —10% de 10.000 ejemplares vendidos al precio medio de 18 Euros— de los que, además, hay que descontar impuestos. Teniendo en cuenta que se produce un éxito de ventas por cada 200 ediciones lanzadas al mercado y que aun produciéndose esa rocambolesca circunstancia, los beneficios obtenidos por parte del autor no superarían el sueldo medio de un año de trabajo en cualquier otra profesión entenderemos el motivo por el cual suelo aconsejar que, si lo que pretendemos es ganar dinero, lo mejor dedicarse a hacer reducciones de la Lotería Primitiva. No me cansaré de repetirlo: ser escritor es una carrera de fondo en la que la meta es, en primer lugar, escribir y después, publicar de forma regular. En dicha maratón, el hacerse rico es tan sólo la lejana y muy puntual recompensa a esa constancia dedicada durante años de trabajo. Y ese es el motivo por el cual no puedo evitar que se dibuje una cierta sonrisa benevolente —que no burlona, lo juro— en mis labios cuando converso con algún aspirante a escritor que sueña con escribir un libro, forrarse y retirarse del mundanal ruido. No tengo nada en contra de las ilusiones de los demás ni disfruto derrumbándolas cual castillo de naipes pero ni esto es Disney ni yo soy Bambi. Aquí hemos venido a conocer el terreno que pisamos. Y cuanto antes ocurra, mejor. Como contrapartida y para no exterminar por completo al ángel de la esperanza, si es cierto que en uno de cada 1000 casos se produce el efecto «Ildefonso Falcones» o «Pablo Tusset» y alguien se forra con un único libro. La circunstancia está ahí y darse, se da, pero yo les aconsejaría que, de querer hacerlo, viesen reflejadas sus aspiraciones en las otras 999 situaciones. Los casos en los que se consigue el éxito son muy conocidos, públicos y notorios y saltan a la palestra pero resulta complicado —precisamente porque ni es público ni notorio— hacerse una idea real de la cantidad de casos en los que eso no ocurre.
Otro consejo a tener en cuenta. Un libro tiene su mayor pico de ventas durante los seis primeros meses de vida tras el lanzamiento y es durante ese periodo cuando la editorial —si es de cierta entidad y se encarga de la cuestión— o el autor —si es, a la postre, el mayor valedor— deben volcarse en la promoción de la obra. Una vez terminado ese periodo, el volumen de ventas de una obra decae hasta llegar —en el mejor de los casos y si no se trata de un ansiado long seller— a menos de una cuarta parte. Y recuerden lo comentado en otra entrada: nada permite obtener mejores resultados que la propia iniciativa.
A modo de coda a esta entrada me gustaría comentar el «truco de la quincuagésimo novena edición» que tan acostumbrados estamos a contemplar en fajas y pegatinas estratégicamente situadas en las cubiertas de los ejemplares que vemos en los grandes centros de venta. Cuando se firma un contrato editorial se reseña el número máximo de ediciones que se ceden en explotación y los ejemplares de los que debe constar cada edición. Es muy habitual que estas cifras sean muy amplias para conceder un gran margen de maniobra —a su favor, obviamente— al editor. No es extraordinario encontrar contratos en los que se especifica que los derechos cedidos comprendan, por ejemplo, 50 ediciones de 20.000 ejemplares cada una. La cuestión es que, por cada edición, el editor no imprime los 20.000 ejemplares de una sola vez sino que, con el fin de ahorrar en costes de edición y almacenaje, tan sólo imprime aquellos que en principio estima que van a distribuirse —que, en circunstancias normales, best sellers aparte, pueden oscilar entre los 1.000 y los 10.000—. Cuando un libro obtiene un relativo éxito, el editor ordena imprimir más ejemplares con el fin de cubrir las necesidades de distribución. Y lo que, bajo el prisma de la cruda realidad, no es más que una o varias reimpresiones de una misma edición, se convierte, por obra y gracia de la magia del marketing editorial, en una nueva edición. Por este motivo podemos encontrar libros que lucen pomposamente en su cubierta el rótulo de «duodécima edición» cuando, en el mejor de los casos, ha distribuido, como mucho y tirando por lo alto, 10.000 ejemplares. Pero claro, el marketing no conoce de matemáticas. Y, en ocasiones, de vergüenza torera tampoco.
Para leer los comentarios al post:
http://miseriasliterarias.blogspot.com/2006/10/cifras-editoriales.html
lunes, 8 de noviembre de 2010
Entrevista en Radio Villalba
http://www.ivoox.com/nuestra-charla-escritora-felisa-moreno-audios-mp3_rf_417761_1.html
sábado, 6 de noviembre de 2010
Gracias, Paco Gómez Escribano
“Trece cuentos inquietantes” es un libro que se lee deprisa y no sólo porque sea un libro poco voluminoso. Las historias te atrapan, ya que la forma de escribir de Felisa te introduce rápidamente en la historia y en los personajes. La mayoría de los cuentos parten de la realidad cotidiana y sufren una metamorfosis para desembocar en esa otra realidad, la que no se ve. Su narrativa nos recuerda que no todo es lo que parece, cada cuento es un viaje sin paradas intermedias en el que el lector viaja en Ave desde una proposición inicial hasta un desenlace nada esperado, ni siquiera intuido. Retrata especialmente bien unos paisajes crudos y desolados que a veces son físicos y otras veces mentales. Sus personajes son de todo menos pasivos, quieren algo y avanzan por cada cuento intentando la consecución de sus fines con resultados inciertos. En todos los relatos, Felisa crea una atmósfera neblinosa y ocasionalmente opresiva, dependiendo de la escena que quiera crear para cada relato en función de las tramas y los personajes.
viernes, 5 de noviembre de 2010
Un regalo precioso
Gracias amigos por estar ahí, por formar parte de esta parte de mi vida que es la escritura.
La insatisfacción de escribir
jueves, 4 de noviembre de 2010
Gracias por tu comentario, Maribel
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Un micro dedicado a mi blog, por Esteban Dublín.
Una noche, una palabra soñó que era un ser humano. Despertó alterada y, presa del miedo, se buscó un sinónimo. Esa noche, volvió a soñar que era una persona. Se veía distinta, imaginada en un contexto que la llenaba de pánico. La noche siguiente, una vez más se buscó un sinónimo y se cambió las vestiduras. En la noche, al soñarse de carne y hueso de nuevo, despertó decidida a no verse como se había visto durante las lunas anteriores. Decidió, entonces, cambiarse de significado
Aceituneros, de Miguel Hernández
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.
El 30 de octubre se cumplió el centenario del nacimiento del poeta Miguel Hérnandez, os he dejado este poema que me gusta especialmente, si miráis la foto que ilustra este post, os podéis imaginar por qué.
Pista: los puntitos que rodean el pantano y el pueblo donde nací, Noguerones, son olivos.