Ana y Mia pueden ser las amigas de nuestras hijas, sin nosotros saberlo. Unas amigas terribles que saben como conducirlas hasta la enfermedad o la muerte.
Ana y Mia se mueven con soltura en este medio, internet no tiene puertas que limiten sus movimientos, saltan de aquí para allá con la agilidad que les da sus pocos kilos, porque ellas son perfectas, el ejemplo a seguir.
Ana y Mia buscan sus amistades entre las chicas jóvenes, adolescentes con problema de peso, reales o imaginarios, que aspiran a ser princesas. Sí, así se denominan, princess.
Ana y Mia nunca las dejan solas, si abandonas a Ana enseguida acude Mia en tu auxilio para liberarte de esa comida que no deberías haber ingerido.
Ana y Mia son los palabras en clave que se usan en la red para denominar a la anorexia y a la bulimia, dos enfermedades de esta sociedad que estamos creando entre todos, donde sólo prima la imagen, la belleza física.
Ana y Mia acompañan a miles de adolescentes que quieren ser princesas.
Y yo estoy asustada, terriblemente asustada, buscando una foto me di de bruces con esta información que he tratado de resumir en pocas palabras. Entré en un blog y empecé a leer, en principio no entendía nada, sólo que la chica quería perder peso a toda costa para convertirse en una princesa. Después fui visitando los enlaces de su página, y el miedo empezó a tomar cuerpo. No se trataba de un caso aislado, cientos de niñas quieren ser princesas y para ello no dudan en abrazar a Ana y a Mia y en utilizar la red para buscar información y sentirse arropadas.
Muchas veces he oído hablar de este tema en los medios de comunicación, pero impacta descubrir que está ahí, al otro lado, que sólo hace falta conectarse a internet, algo que hacen habitualmente nuestros adolescentes, y encontrar la información y el apoyo necesario (es una auténtica red de chicas que se motivan mutuamente) para convertirse en anoréxica o bulímica, la mayoría de las veces en las dos cosas.
Madres, padres, estad atentos, vigilad los cambios de peso en vuestras hijas, no vaya que quieran ser princesas y acaban en manos de Ana y Mia. Aún tengo el vello de punta de pensar en las cosas que he leído y apenas he pasado media hora buscando información en internet. Cuidado con ellas.
Ana y Mia se mueven con soltura en este medio, internet no tiene puertas que limiten sus movimientos, saltan de aquí para allá con la agilidad que les da sus pocos kilos, porque ellas son perfectas, el ejemplo a seguir.
Ana y Mia buscan sus amistades entre las chicas jóvenes, adolescentes con problema de peso, reales o imaginarios, que aspiran a ser princesas. Sí, así se denominan, princess.
Ana y Mia nunca las dejan solas, si abandonas a Ana enseguida acude Mia en tu auxilio para liberarte de esa comida que no deberías haber ingerido.
Ana y Mia son los palabras en clave que se usan en la red para denominar a la anorexia y a la bulimia, dos enfermedades de esta sociedad que estamos creando entre todos, donde sólo prima la imagen, la belleza física.
Ana y Mia acompañan a miles de adolescentes que quieren ser princesas.
Y yo estoy asustada, terriblemente asustada, buscando una foto me di de bruces con esta información que he tratado de resumir en pocas palabras. Entré en un blog y empecé a leer, en principio no entendía nada, sólo que la chica quería perder peso a toda costa para convertirse en una princesa. Después fui visitando los enlaces de su página, y el miedo empezó a tomar cuerpo. No se trataba de un caso aislado, cientos de niñas quieren ser princesas y para ello no dudan en abrazar a Ana y a Mia y en utilizar la red para buscar información y sentirse arropadas.
Muchas veces he oído hablar de este tema en los medios de comunicación, pero impacta descubrir que está ahí, al otro lado, que sólo hace falta conectarse a internet, algo que hacen habitualmente nuestros adolescentes, y encontrar la información y el apoyo necesario (es una auténtica red de chicas que se motivan mutuamente) para convertirse en anoréxica o bulímica, la mayoría de las veces en las dos cosas.
Madres, padres, estad atentos, vigilad los cambios de peso en vuestras hijas, no vaya que quieran ser princesas y acaban en manos de Ana y Mia. Aún tengo el vello de punta de pensar en las cosas que he leído y apenas he pasado media hora buscando información en internet. Cuidado con ellas.