martes, 28 de junio de 2011

Extraño país


No sabía nada de las extrañas costumbres de aquel país, ni que sería acusado por  un gesto que a él le parecía inocente. Cuando se bajó del barco vio mujeres con vestidos de encaje, semidesnudas, abrazadas a hombres siniestros, que metían billetes en su escote. Por la noche, contempló peleas a cuchillo en la feria del puerto, sangre joven que regaba el suelo, sin que nadie prestara atención. En el bar del hotel, unos ejecutivos esnifaban coca, bajo la mirada indiferente de un policía que apuraba su cerveza.  Fue allí donde ocurrió todo, llevó la mano hasta la chaqueta, sacó el paquete y encendió un cigarro.

jueves, 23 de junio de 2011

Libro Relatos Cortos Ideal. Verano 2010

Si algo he aprendido en los años que llevo escribiendo es la necesidad de tener paciencia. Es normal que cuando empiezas desees publicar, ver todos tus historias plasmadas en papel, por eso proliferan las empresas de autoedición, por nuestras urgencias de escritores noveles. No trato de hacer ninguna crítica, yo misma he pasado por esa fase.

Ahora tengo la convicción de que a cada obra, si tiene un mínimo de calidad, le llega su momento. Acecha la miseria creo que no es un mal relato. Sin embargo, fue rechazado en bastantes certámenes, hasta que encontró su sitio en este libro, al quedar finalista en el certamen que convoca el periódico Ideal.
Como siempre ando un poco despistada ni siquiera me enteré de que había salido publicado en ese periódico en el mes de agosto, ni que hubo una presentación del libro. Apareció un día, sin esperarlo, en mi buzón de correos.

Os lo dejo por aquí, a ver que os parece.

Título: Acecha la miseria
 
De entre todos los áticos de la ciudad tuviste que elegir precisamente éste, el que da a los tejados de la ciudad vieja, como si quisieras recordarme en cada momento de donde provengo, a donde iré a parar que cuando te deshagas de mí.


Salgo a la azotea, miro a la mujer de la terracita roja, en chándal y camiseta, distingo a lo lejos las macetas que decoran la pared. Contemplo la ropa tendida, el humo en las chimeneas... Aturdida regreso al salón. Me esperas sentado en el sillón de piel. Trato de descubrir la burla en tus ojos, en apariencia inocentes. El lujo me rodea, pero si salgo al balcón vuelvo a sumergirme en la miseria. Muy propio de ti.

A pesar de todo, te doy las gracias y me siento a tu lado como una perrita fiel. Me acaricias el pelo y la sensación de pertenecer a una raza inferior se instala definitivamente en mi alma. Tendré que convivir con ella.

Tu boca habla de futuro, de proyectos mientras tus dedos helados reptan por mi muslo hiriendo mi piel con su frío. Mentiría si me confesara enamorada. También lo haría si dijera que me eres indiferente. La atracción que siento por ti va más allá del amor, del cariño entrañable que existe en una pareja normal. Más allá de la pasión, de la fiebre que desprenden dos cuerpos encontrados. Es una especie de perversión que alimenta mis instintos más bajos, los pecados que no logró borrar el agua bautismal.

En cuanto te marchas, salgo de nuevo a la terraza. Sé que me imaginas mirando las tejas marchitas de mis recuerdos. Sé que sonríes con suficiencia mientras te subes al coche y le das instrucciones al chofer. Sé que activas en tu portátil las cámaras de vigilancia que has instalado en el piso y que miras como contemplo mi pasado. Me desnudo para ti. Desabrocho el vestido que cae ligero a mis pies, ansioso de fundirse con el suelo, de crear un arabesco rojo sobre la baldosa blanca. Le sigue la ropa interior, esa tan cara, tan delicada. La arranco de mi cuerpo y se desprende como pétalos de margaritas en las manos de una muchacha enamorada.

Así, desnuda, me dejo contemplar por la mañana que se recorta azul sobre los tejados sucios. Temo que se contamine al tomar contacto con la pobreza que embriaga al barrio. Una leve brisa recorre mi cuerpo desnudo, el vello se eriza, como trigo a punto de ser cortado. Soy mies, esperando la hoz, esperando las manos callosas del verdugo. Esperando...

Aún no he cumplido treinta años y me siento vieja. Me duele la cabeza. Tengo frío. ¿Qué pensarás mientras me ves allí, junto a la baranda, como una paloma a punto de levantar el vuelo? ¿Volverás a rescatarme? Te reirás y contarás los segundos que tardaré en regresar al salón y servirme una copa. ¿Desde cuando hablo así? Ya no recuerdo, tú me enseñaste. Antes, cuando vivía en el barrio, nunca me servía copas, me pegaba un lingotazo de calimocho, con la Vane y la Pili. Juntas recorríamos las calles, animadas por la locura de la adolescencia. Nos besábamos en las esquinas con el César o el Lolo, a veces incluso les dejábamos que nos tocaran las tetas. Entonces todo era más fácil, yo era la chica más guapa del barrio y tú aún no existías.

El güisqui quema mi garganta; con un poco de suerte, arrasará también mis recuerdos, convirtiéndolos en cenizas pardas. No volveré a entrar en esa cafetería, no volveré a mirarte, ni me quedaré prendada de tu aspecto de hombre rico. No aceptaré tu invitación para tomar un café. No dejaré que tomes mi mano con las tuyas, ni que me roces el cuello con tu aliento de cazador. No consentiré en subir a tu coche descapotable, ni que me lleves a dar una vuelta por la otra ciudad, la que algunas veces mis pies de niña recorrieron intimidados.

Me dejo adormecer por la música. Barber compuso este adagio para mí, para expresar con sus notas mi tristeza. Sí, también fuiste tú el que me enseñó a amar la música clásica, el que tiró mis discos de Camela a la basura, con ellos se fueron la Vane y el César y todo aquello que un día fui. Cómo añoro ese estado de candidez, esa ignorancia alegre, ese camino de rosas y espinas que nunca pude terminar de recorrer.

Me miras. Sé que me miras. Tratas de adivinar lo que piensa tu juguete. No quiero darte el placer de verme derrotada. Me levanto y desnuda recorro la casa. Busco indicios de tu presencia y no encuentro nada. Abro los armarios y sólo veo mi ropa, decenas de trajes y vestidos clasificados por colores. Me asalta la visión de otro armario, de otra casa, el olor a cebolla, los gritos en la escalera, la mancha de humedad en el baño, la cera caliente en un cazo, los cuadernos sembrados de corazones atravesados por flechas inofensivas, el aroma de la colonia fresca, el chirrido inquietante del somier cuando colaba a César en mi habitación...

A veces juego a inventar mi vida sin ti. Me veo de camarera en un bar, con los pies destrozados y las manos enrojecidas. Gorda y cansada. En casa me esperan mis hijos, el chico ya tiene seis años, la niña ocho. César trabaja de albañil, ahora está de baja porque se cayó del andamio, bebe mucho y a veces me grita.

Por más que trato de enmascararlo, en esas vidas ficticias siempre aparece un atisbo de esperanza. La mirada de un niño, una caricia en la espalda, … No debo pensar en eso.

Te imagino apagando el ordenador, cansado de observar a tu juguete; sabes que seguiré aquí, esperando, como un desahuciado aguarda la muerte, con la boca seca y el cuerpo húmedo. Me sirvo otra copa y cierro el balcón. Sin embargo, los tejados permanecen ahí, inmóviles. Bajos sus tejas ocres, amenazante, acecha la miseria.









miércoles, 22 de junio de 2011

¿Quieres leer? Visita Canal Literatura


Siguen llegando relatos al certamen de Canal Literatura, algunos de ellos muy buenos.  Yo también he presentado el mío, por ahora las críticas no van mal, pero este año la competencia es dura. No os voy a decir cual es mi cuento, el concurso es anónimo, os animo a leer todos los relatos o, al menos, aquellos que os enganchen en las primeras líneas:

Puedes leerlos y/o comentarlos en este enlace:

martes, 21 de junio de 2011

¡Ya es verano!


¿A que apetece darse un chapuzón? Dicen que el fin de semana viene calentito, al menos por Andalucía. Os dejo un micro refrescante, inspirado en unas palabras de Saramago.
 
Un hombre está sentado a la orilla de un río pescando. ¿Quién está pescando a quién? ¿El hombre al pez o el pez al hombre? (José Saramago)


El barbo miraba atentamente al pescador, mientras, sus bigotes se mecían acunados por la corriente. Por sus ojos saltones de pez de río pasaron con nostalgia otras primaveras, cuando el afluente crecía sin medida, y la corriente se volvía brava; en contraste, los veranos secaban el cauce, dejando apenas unas charcas sucias.

Desde que hicieron la presa, la vida en el río no era la misma, se acabaron las emociones fuertes, la lucha por sobrevivir. Un día descubrió el placer de la pesca, atrapar un buen cebo y no morir en el intento, solo era cuestión de acertar con el pescador y elegir aquel que siempre te devuelve al agua.

jueves, 16 de junio de 2011

Fotos de la presentación Talla G

La tarde del martes se llenó de poesía y buenas intenciones. Rodeados por la luz y el verdor del parque de Alcaudete, que se colaba sin trabas por los ventanales de la biblioteca, vivimos unos instantes de magia. Mil gracias a todos los que respondieron a la invitación, espero que el encuentro no les defraudara.
En esta primera foto Irene, mi hija, lee el cuento que ella ha escrito para el libro.

Mi hermana Lola, leyendo un poema de Yolanda.
Una imagen de los asistentes.

Juanma, que se lanzó al ruedo y leyó también.
 
Puri Teruel, otra de las autoras del libro.
El acto lo cerró Valeriano, con la lectura de un poema.




lunes, 13 de junio de 2011

Presentación Antología Poética Talla G, en Alcaudete.

domingo, 12 de junio de 2011

Las trampas de la memoria


Hoy tengo mil cosas que hacer, por eso me he levantado temprano aunque sea domingo. Hace unos días cumplieron años mi padre y mi hijo, 83 y 9 respectivamente. Los dos tienen la misma ilusión por celebrar su cumpleaños, cosas de la vejez, que hace regresar al niño que siempre ha estado oculto dentro de ti.
A pesar de todas las obligaciones, he decidido perder unos minutos en escribir este post. Anoche, mientras cenábamos, a mis hijos les dio por preguntarme cosas de cuando eran pequeños, anécdotas divertidas, accidentes notorios, trastadas varias. Algunas salieron de momento, las más importantes, pero otras tuve que rebuscarlas en mi memoria, esa traicionera, y me costó recordar cosas que, cuando sucedieron, creí que nunca podría olvidar. Luego conseguí distraerles jugando un parchís, hacía siglos que no jugábamos los cuatro juntos, siempre las prisas o la televisión nos privan de estos momentos tan agradables, en familia. Por cierto, perdí.
Y esta mañana, al despertar, recordé que uno de los motivos de crear mi blog, aparte de mostrar lo que escribo y promocionarme como escritora, era tenderle una trampa al olvido, rescatar momentos hermosos de la vida de mis hijos (Sección Cosas de niños). Alguien puede pensar que soy una exhibicionista, que lanzo mi vida al mundo, pero sólo pretendo tender una red a mis recuerdos. Sí, eso también podría hacerlo en privado, con un diario. Ya lo he intentado, pero me ha faltado constancia.
De todas formas, creo que la memoria no es tan malvada, que nos priva ahora de algunos recuerdos para conservarlos, para preservarlos de esta vida tan ajetreada que vivimos cuando aún somos jóvenes y activos. Después, cuando nuestro cuerpo pierda facultades, cuando nuestra vista nos engañe, y los huesos cansados nos impidan avanzar tan deprisa como quisiéramos, ella nos devolverá nuestros recuerdos. Y, entonces, aprenderemos a vivir de ellos.

jueves, 9 de junio de 2011

Un libro distinto: Territorios Inteligentes


Quiero presentaros un libro diferente a los que suelo traer por aquí, al que le tengo un especial cariño, especialmente porque está dedicado a una persona, un amigo, que hace casi un año que ya no está con nosotros: José Luis Villegas, técnico del Ayuntamiento de Córdoba y director del plan estratégico de esta ciudad.
Todos los que tuvimos la suerte de conocerlo sabemos de su profesionalidad y, sobre todo, de su humanidad. Compartí con él, aparte de temas profesionales, muchas charlas sobre literatura, era un lector apasionado, disfrutaba escuchándole.
Este libro recoge 12 experiencias de planificación estratégica territorial en Andalucía, uno de los capítulos está dedicado a Alcaudete, el que yo he elaborado como responsable del plan de mi municipio.

Por si, además de amantes de la literatura, pasa por aquí algún economista interesado en leerlo, dejo el enlace a la Editorial Liberman, donde se puede adquirir:

http://www.libermangrupoeditorial.es/ficha_prod.php?ide=18

Y también a la noticia en prensa:

http://www.diariojaen.es/index.php/menujaen/25-notlocales/37308-expertos-destacan-la-importancia-de-la-planificacion-estrategica-territorial





miércoles, 8 de junio de 2011

Otro de abogados

El castillo de Alcaudete se asoma tras las chumberas.


Salvemos el planeta…, decía la gran pancarta. En principio, nada raro en estos tiempos en los que ya no se está bajo sospecha por ser ecologista. Un pájaro negro se había posado sobre uno de los palos que sujetaba el letrero. Mal agüero, pensó el chico pelirrojo que lo llevaba, sin dejar de proferir gritos por la causa. Tras él, un grupo de personas con los más diversos disfraces: romanos, árabes, judíos ortodoxos, hindúes, monjes budistas, … repetían las consignas a viva voz.

Meses después, cuando se conoció el fallo, aún se seguía hablando de aquel extraño caso de protesta. El obispado no los había demandado por las palabras que figuraban en el anverso del letrero: “… de la religión”, sino porque no hubo forma humana de convencerles para que abandonaran su sitio tras la Virgen de los Dolores, en la procesión del Viernes Santo.

martes, 7 de junio de 2011

Matemáticas y Poesía


Hace unos días conocí en Facebook a Jose Antonio Hervas, casi paisano, pues es de la cercana localidad de Alcalá la Real. Me habló de su web, Matemáticas y Poesía, curioso título pensé. A mí siempre me han gustado las matemáticas, incluso gané un premio en el colegio. Y de la poesía y literatura en general no tengo ni que comentarlo, es mi pasión.
Curioseando por la página de Jose Antonio descubrí que era un sitio muy interesante, un cajón de sastre donde se puede encontrar de todo, así mismo lo define el autor: - MATEMÁTICAS Y POESÍA -CASI TODO LO SUFICIENTE PARA VIVIR-
Porque además de poemas recoge colaboraciones de escritores, recetas, cuentos para niños, pasatiempos, manuales diversos...
Si quieres conocer mejor la página, pincha sobre la fotografía y accede a ella.
Tengo que agradecer a Jose Antonio la entrada que sobre mí y mi obra ha hecho en su web, podéis verla en este enlace: http://www.matematicasypoesia.com.es/colaboraciones/Felisa_Moreno.htm



jueves, 2 de junio de 2011

Certámenes Ars Creatio


Tengo que reconocer que soy una nostálgica, nunca podré olvidar que mi primer relato publicado fue El libro, que ahora se incluye también en  Trece cuentos inquietantes. Lo publicó la Asociación Ars Creatio, al quedar tercero en uno de sus concursos. Por eso siempre que puedo, y me acuerdo, procuro participar en los certámenes que convocan.  Pinchando sobre la imagen puedes acceder a toda la información. El envío es electrónico.

El ascensor


Llevo tres años sin salir de casa. Temo que mi piel, cada vez más blanca, se vuelva transparente y deje ver mis venas azuladas, los músculos flácidos, un estómago viejo que apenas puede rumiar la comida. Hace un mes que no viene nadie, sólo el chico del supermercado, con él no puedo hablar, es rumano. El vecino de enfrente se marchó sin despedirse, aún me odiaba. Sobre la mesa, como testigo de mi irreflexión, sigue el escrito que me negué a firmar. Tras convencer a la mayoría de los vecinos de lo caro que resultaría un ascensor, me quedé inválido.