
En este caso se trata de uno de nosotros, compañero de blogs, de taller, de ilusiones. Siempre gusta la buena literatura pero si además es de alguien tan cercano, es un verdadero placer degustarla.
La historia de Hércules, el protagonista de la novela, engancha, está bien llevada, tiene consistencia; y además está bien escrita. No es fácil encontrar una novela que reúna las dos cosas. A veces parece que el interés del argumento está reñido con la calidad literaria. Se me ocurre pensar en Los hombres que no amaban a las mujeres, la historia consigue enganchar, los personajes (sobre todo el de Lisbeth) están bien dibujados, pero poco más.
No dudéis, podéis conseguir el libro con la revista Qué leer de este mes, en cualquier quiosco o librería.
El premio:
El jurado del III Premio Volkswagen Qué Leer compuesto por Ángela Becerra, Enrique Murillo, Alberto García y Toni Iturbe, reunido en Barcelona a finales de marzo de 2010, ha acordado que la novela ganadora de esta edición es “Los pelícanos ven el Norte”, que corresponde al autor Pablo de Aguilar González. La novela narra las peripecias de un hombre llamado Hércules, que pese a su heroico nombre es una persona más bien desorientada y agobiada por sus fobias, que se va a Estados Unidos para cruzar el país en coche en busca de un amor de adolescencia que cree que va a convertirse en ese norte que perdió muchos años atrás, o que realmente nunca llegó a encontrar. Viaje, humor, amor, aventuras y desventuras se agitan en esta historia agridulce que discurre entre carreteras, persecuciones y recuerdos.
Vi la luz un domingo de hace 46 años, en la llanura de Albacete. Quizá, por eso, me gusten tan poco los lunes y las cuestas.
Llegué a un piso del barrio de Vistabella hará unos 26 años para hacerme informático. Y me convertí en murciano consorte hace 14. Supongo que por quedar bien con todos, mi hijo nació en Albacete y mi hija en Murcia. Para la literatura (obsérvese la minúscula), aparecí en el mundo hará unos 5 años, en Molina de Segura.
Con todo esto, me siento albaceteño, murciano y molinense.
Soy un autor tardío porque -como dice un amigo- seguramente, a los veintitantos, tendría mejores cosas que hacer que pasar horas a solas con mi monitor. Por el tiempo que llevo escribiendo, se puede decir que estoy a punto de licenciarme: o sea, que, ahora, empiezo a atesorar algunos conocimientos y me queda todo por aprender.
Cuando empezaron a enseñarme lenguajes de programación, me dijeron que uno de los mejores modos de aprender consistía en leer programas ya escritos. Es curioso cómo la informática coincide con la literatura en este punto. Creo que para alguien que quiere escribir, es indispensable leer. A mí, por suerte, me gusta más lo segundo que lo primero. Siempre he pensado que con el talento se nace; pero, como informático, sé que la técnica se aprende. Consciente, pues, de que el talento es el que es y que no podré mejorarlo, me interesa bastante todo lo que tenga que ver con la técnica de la narración. Intento leer sobre ello y quedarme con lo que sea capaz de todos los que puedan enseñarme algo. Y, por eso, agradezco a todos los que han sido tan amables de, bien por sus conversaciones, bien por talleres, bien por sus textos, compartir sus conocimientos conmigo (La Molineta Literaria, Ramón Alcaraz, Ana María Tomás, Andrés Neuman, Rubén Castillo, Chuck Palahniuk, Stephen King, y un largo etcétera) . Éste y todos mis relatos poseen algo de ellos.
He ganado algunos premios y he quedado más veces finalista. No voy a aburrir con una (no tan larga) relación de todos porque creo que sólo le interesarían a mi madre y a mi ego; y no sería conveniente que cualquiera de ellos engordara en exceso.
Para terminar, una frase de Camilo José Cela: "En ocasiones pienso que el premio de quienes escribimos duerme, tímido y virginal, en el confuso corazón del lector más lejano.". Estoy básicamente de acuerdo con ella pero... ¡qué demonios! a él seguro que no le importó ganar el Nobel.