Si algo he aprendido en el tiempo que llevo escribiendo es que hay que saber perder o, mejor dicho, no ganar. Cuando te presentas a un certamen sabes que te expones, con muchas probabilidades, al fracaso y hay que asumirlo.
Aunque yo no utilizaría la palabra fracaso, sobre todo en este caso, en que he conseguido estar entre los finalistas de un premio del prestigio del Felipe Trigo. Esto hace que confíe un poco más en mi novelita, que siga luchando por sacarla adelante. Llegará su momento, estoy segura, es algo que también he aprendido en los años, que ya van para cuatro, que llevo metida en esta locura de intentar ser escritora.
La asesina de los ojos bondadosos, mi primera novela, no ganó el primer premio al que la presenté, pero no me rendí, seguí mejorándola y presentándola a más certámenes, hasta que obtuvo el primer premio de la Diputación de Jaén y fue publicada.
Mis relatos han rodado de concurso en concurso, unos han ganado, otros han quedado finalistas, muchos han sido publicados en libros. Algunos se han quedado guardados en mi ordenador hasta que la editorial Hipálage decidió apostar por ellos y publicarlos en el libro “Trece cuentos inquietantes”.
El club de las palabras prohibidas, una novela juvenil, quedó finalista en los premios literarios Jaén de Caja Granada, luego una editorial la rechazó de malas maneras. Finalmente la publicará otra editorial que ha apostado por mí, Edimáter, con la que acaba de publicar nuestra amiga Maribel Romero su libro infantil “Charli y los cinco peligros”, muy recomendable, por cierto.
Con todo esto vengo a decir que esta noche no he recibido la llamada que esperaba, que aún no sé quiénes son los ganadores, pero desde aquí les envío mis más sinceras felicitaciones.
Yo me quedo con mi premio de finalista y la ilusión de que algún día veré mi novela plasmada en papel.
Aunque yo no utilizaría la palabra fracaso, sobre todo en este caso, en que he conseguido estar entre los finalistas de un premio del prestigio del Felipe Trigo. Esto hace que confíe un poco más en mi novelita, que siga luchando por sacarla adelante. Llegará su momento, estoy segura, es algo que también he aprendido en los años, que ya van para cuatro, que llevo metida en esta locura de intentar ser escritora.
La asesina de los ojos bondadosos, mi primera novela, no ganó el primer premio al que la presenté, pero no me rendí, seguí mejorándola y presentándola a más certámenes, hasta que obtuvo el primer premio de la Diputación de Jaén y fue publicada.
Mis relatos han rodado de concurso en concurso, unos han ganado, otros han quedado finalistas, muchos han sido publicados en libros. Algunos se han quedado guardados en mi ordenador hasta que la editorial Hipálage decidió apostar por ellos y publicarlos en el libro “Trece cuentos inquietantes”.
El club de las palabras prohibidas, una novela juvenil, quedó finalista en los premios literarios Jaén de Caja Granada, luego una editorial la rechazó de malas maneras. Finalmente la publicará otra editorial que ha apostado por mí, Edimáter, con la que acaba de publicar nuestra amiga Maribel Romero su libro infantil “Charli y los cinco peligros”, muy recomendable, por cierto.
Con todo esto vengo a decir que esta noche no he recibido la llamada que esperaba, que aún no sé quiénes son los ganadores, pero desde aquí les envío mis más sinceras felicitaciones.
Yo me quedo con mi premio de finalista y la ilusión de que algún día veré mi novela plasmada en papel.
6 comentarios:
Hola Felisa, todos los que intentamos jugar a escribir sabemos lo que se siente al no recibir esa llamada, pero decirte que lo que nos hace seguir es esa confianza en lo que hacemos.
Te honra esa felicitación a los ganadores, seguro que otros pronto podremos felicitarte a ti.
Un saludo
Pues felicidades igualmente, Felisa, sabes que llegar a finalista del Felipe Trigo es todo un logro.
Y nada de "intentar ser escritora". ¡Eres escritora!
Feliz fin de semana.
Es que ganar un certamen es muy difícil, Felisa. En la mayoría de ellos te enfrentas a 100, 200, 300 relatos más. Lo que significa que la probabilidad de ganar ronda el uno, 0,5 o el 0,3%. Es un porcentaje muy bajo. No obstante debes estar muy orgullosa de haber quedado finalista. Muchos no lo consiguen nunca. Un abrazo.
Enhorabuena, Felisa, por duplicado porque ya te la he dejado en nuestra otra casa, el blog del Desván.
Ser finalista en un premio importante ni mucho menos es igual a perderlo, sino ganar un pedacito, fama y prestigio para tu novela, que todos esperamos pronto ver publicada.
Un beso y Feliz Navidad.
Mí más sincera felicitación, querida Felisa por ese premio... porque quedar finalista ya lo es, y como te han dicho por ahí en un concurso de prestigio ya es como si fueses ganadora. Un besito y a por ello... que tu no te desanimas.
Creo que escribir bien, o hacer cualquier cosa con calidad, no depende de ganar concursos.
Puede quizás ser un alimento para las inseguridades, una especie de validación, y por otro lado puede ser engañoso y confundirnos y hacernos pensar que logramos un nivel equis, cuando en realidad el esfuerzo de superación en cualquiera de las artes es infinito.
No te dejes arrastrar por grupúsculos y cofradías ni sociedades de admiración mutua que saturan la red y otros medios, el oro vale por su propio peso.
Me gusta mucho leer tu blog y cuando algo me guste te daré mi opinión, comentar también puede tener un nivel,
espero estar a la altura.
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