He estado unos días alejada de este blog, apenas he entrado a echar un vistazo a los blogs amigos. En estos días mi hija cumplió años, ocho, toda una mujercita; hicimos la vendimia, la cosecha ha sido buena, mi marido está contento viendo fermentar el vino en el depósito. Nos fuimos unos días a la playa, para apurar los últimos coletazos del verano. Por cierto, me equivoqué de hotel, reservé uno y me presenté en otro, lo raro es que nos dieron habitación y cuando íbamos a deshacer las maletas nos llamaron para decirnos que nuestra reserva estaba hecha en otro hotel, unos cien metros más allá. Qué vergüenza y qué despiste el mío.
Estuvimos de feria en Alcaudete, de caseta en caseta, o más bien del colchón inflable al tiovivo pasando por los coches de choque o el tren de la bruja, cuando vas con chiquillos es lo normal, como si las atracciones tuvieran un imán y los niños fueran de hierro, bueno de algún metal resistente tienen que ser porque no hay quien los agote. Recomiendo que vengáis por aquí un año, es una feria muy bonita, sobre todo de día, se ubica en el entorno de un parque espectacular y siempre hay animación, a cualquier hora.
Han sido también días de papelería, material escolar, compras de ropa, que hay que ver como crecen los niños, celebración de cumpleaños, inicio del curso en el conservatorio... Irene quiere ser flautista, como el de Hamelín, espero que no me llene la casa de ratones cuando empiece a tocar o al menos que los vecinos no se quejen demasiado.
He aprovechado los ratitos de ocio para leer el libro “Un economista de letras” de Pedro Asensio, que su autor ha tenido la gentileza de regalarme y dedicarme. Ya os contaré más sobre esta novela en otro post. Sigo deleitándome con los Tacones de Azúcar de Yolanda Saenz de Tejada, lo tomo en pequeñas dosis, no quiero atragantarme con tanta belleza.
Estuvimos de feria en Alcaudete, de caseta en caseta, o más bien del colchón inflable al tiovivo pasando por los coches de choque o el tren de la bruja, cuando vas con chiquillos es lo normal, como si las atracciones tuvieran un imán y los niños fueran de hierro, bueno de algún metal resistente tienen que ser porque no hay quien los agote. Recomiendo que vengáis por aquí un año, es una feria muy bonita, sobre todo de día, se ubica en el entorno de un parque espectacular y siempre hay animación, a cualquier hora.
Han sido también días de papelería, material escolar, compras de ropa, que hay que ver como crecen los niños, celebración de cumpleaños, inicio del curso en el conservatorio... Irene quiere ser flautista, como el de Hamelín, espero que no me llene la casa de ratones cuando empiece a tocar o al menos que los vecinos no se quejen demasiado.
He aprovechado los ratitos de ocio para leer el libro “Un economista de letras” de Pedro Asensio, que su autor ha tenido la gentileza de regalarme y dedicarme. Ya os contaré más sobre esta novela en otro post. Sigo deleitándome con los Tacones de Azúcar de Yolanda Saenz de Tejada, lo tomo en pequeñas dosis, no quiero atragantarme con tanta belleza.
Apenas he tenido tiempo para escribir, pero en mi cabeza sigue dando vueltas mi nueva novela, que ya tiene un nombre, una estructura y un final. Sólo falta ponerla un poquito más guapa, vestirla de limpio para presentarla en sociedad. Y luego vendrá lo peor, conseguir publicarla, pero eso es lo que menos me preocupa ahora.
En fin, ahí voy, con el trabajo, la casa, los niños, la familia y no se cuántas cosas más a cuestas, como el caracol, despacio pero tratando de dejar un rastro, el de mis palabras.
14 comentarios:
Hola Felisa.
Como el caracol, pero con paso muy seguro. Es lo más importante.
Ocho años... Antes de que te des cuenta irá a la universidad. Aprovecha cada segundo de la infancia de tus hijos. Es todo tan distinto cuando son mayores.
"Arrugas en la memoria" es un título que invita a leer. Se venderá sola, ya verás.
Besos
Bien hallada, Felisa.
¿Qué más quieres guapa?
Una niña preciosa que pronto te pasa un palmo y te pide los potingues de maquillar, je, je. Unos días de fiesta y de playa.
Un libro en ciernes, buen título,
esas arrugas en la memoria, que no en tu cara bonita.
Hoy me he levantado en plan pinturero. Por aquí te esperamos,
felicitaciones y un bsito con !salve! incluida, natalí
Hijos, libros, árboles creciendo...¡No te quejarás! Adelante con "Arrugas en la memoria", la publicación ya llegará cuando sea su momento, lo importante es el trabajo y la historia.
Un abrazo.
Bueno, pues has aprovechado muy bien el tiempo, no te quejarás. Por cierto, mi hijo pequeño también tiene 8 años. Crecen como la espuma.
Suerte con "Arrugas en la memoria", a ver si la publicas pronto.
Un abrazo.
Felicidades a Irene.
Con el despiste del hotel tienes para un relato ¿no crees?; aunque si no se dan cuenta casi se convierte en un "reality show".
Un saludo,
Ramón
Hermosa vida la tuya, llena de presente y con planes para el futuro. Carpe diem.
Me alegra verte en marcha. Adelante con las "Arrugas...". Me gusta tu estilo.
Felicidades, Irene, que tu mamá no se olvide de dártelas.
Sin prisa, Felisa, lo importante es vivir la novela principal, donde somos protagonistas, nuestra vida; después, si aún logramos tiempo, es cuando se pueden escribir otras. :)
Bikiños
La cuesta de septiembre es dura tanto con lo que te gasta como los preparativos de todo...cole, ropa, nuevos profesores, empieza el trabajo... para mi el año empieza ahora.
FELICIDADES para la peque crecen sin darnos cuenta la mia tambien esta hecha una mujercita.
Tengo ganas ya de leer tu nuevo libro el otro me gusto muchisimo.
Un fuertote abrazo y feliz semana.
que bien que me dediques un trocito de tu cerebro para mi poesía... muchas gracias.
Jajajaj, me ha encantao verme reflejada en tu vida. Con mis hijas, mis cosas, mi trabajo...
Bienvenida, Felisa. Te añorábamos.
Un beso
¡Ocho años!, Que Dios bendiga a tu hija.
Felicidades a tan linda familia.
Cuando te propongas escribir tus memorias, pienso que lo ocurrido este día se mencionará como una de las más hermosas anécdotas.
Gracias por compartir lo tuyo.
Adelante con la novela. Ponle el vestido de fiesta que la estamos esperando.
Un abrazo
Hola, Felisa, bonita entrada. Septiembre es un mes de reentrada, pero al mismo tiempo, los rescoldos del verano permiten pasear por las ferias y salir a la calle hasta bien tarde. Todavía se resiste a oscurecer y el fresquito es el justo para quitarse con ropa fina. No tengo hijos aún, pero sí, debe ser agotador, y ¡caro! Ja,ja.. Me ha chocado lo de la vendimia, ¿sabes? A mí me encanta el vino, aunque dicho así suena a que soy un borracho. No en serio, tiene que ser una pasada seguir el proceso de fermentación y envejecimiento, todo un arte.
Ánimo con el nuevo manuscrito, seguro que lo pones bien bonito.
Un beso.
Sergio.
P.D. Perdona, Felisa, pero por alguna razón creo que no enlacé tu blog en el mío. Voy a solucionarlo, saludos!!
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