lunes, 24 de agosto de 2009

Sí que escribimos...

A raíz de mi anterior post, muchos amigos se han animado a dar sus opiniones sobre el tema, en su mayoría muy interesantes y están ahí, escondidas tras la pared de los comentarios.
La pregunta era esta: ¿Alguna vez os sentís plenamente satisfechos con vuestras creaciones?

Las respuestas de Maribel, Azpeitia, Juanma, Ardilla Roja, Paco Gómez, MarianGardi, Marta, Mercedes, Ana Márquez, Kuban, La Sonrisa de Hiperión y País Mágico, nos ayudan a comprender lo que pasa por la cabeza de un escritor cuando se enfrenta con su propia obra. Aprovecho para dar las gracias a todos ellos y pedir perdon por no contestar de forma individualizada, pero este fin de semana no he podido entrar en internet. Y por supuesto, animaros a leer los comentarios que han ido dejando, no tienen desperdicio.

Quiero destacar la aportación de Ramón Alcaraz (El desván de la memoria), pues creo que aporta una visión muy esclarecedora sobre el tema, que nos puede ayudar a entendernos mejor a nosotros mismos. Es por eso que la saco aquí fuera y la convierto en un post, espero que no se moleste, no le he pedido permiso. Gracias, profe.


Cuanto más escribimos, más evolucionamos; e igual ocurre con el aprendizaje. En realidad no es que "desaprendamos", sino que nos volvemos más críticos con nosotros mismos, y eso es bueno. Como el arte es subjetivo, no podemos medir lo que creamos sólo por nuestro propio criterio, ya que nosotros establecemos el difícil límite entre lo puede estar mal escrito o que puede tener buen nivel. Tampoco nos podemos medir por la decisión de un jurado si esta es negativa. Es decir, si un relato gana un premio sabemos que es bueno; pero si no lo gana no quiere decir que sea malo, sino que se ha presentado al menos uno "mejor" o más novedoso, más original (según un jurado, claro). El autor que se empeñaba en publicar porque así dejaba por fin de corregir era Jorge Luis Borges, que nunca estaba satisfecho cada vez que se releía. Otros autores, como Gabriel García Márquez, jamás leen lo que han publicado, ya que Gabo dice que le encontraría tantos fallos que se avergonzaría. ¿Significa eso que lo escrito por el Premio Nobel es malo? No, sólo significa que ese escritor va evolucionando de una obra a otra. Si escribimos de manera constante, si leemos habitualmente, estamos aprendiendo tambièn de manera constante, y por eso a veces no nos "gustamos" a nosotros mismos; pero lo hemos de aceptar, porque habremos escrito lo mejor en el tiempo presente. Eso nos garantiza también que cada obra sea un poco mejor que la anterior (al menos en cuanto a forma, a redacción); pero no es obligatorio que sea mejor, simplemente ha de ser diferente. Y no olvidemos tampoco las dos cuestiones más importantes cuando escribimos.
Primero: divertirnos nosotros, pasarlo bien, no olvidar que es nuestra afición, aquello que nos entretiene y con lo que pasamos buenos momentos (aunque muchas veces nos cueste y "suframos").Segundo: que el lector se entretenga también, que se divierta, que pase un buen rato, que se olvide durante unas horas de la hipoteca o de los problemas de trabajo.Por suerte, los lectores no están atentos a si el autor evoluciona, si mejora su estilo o ha ampliado su lenguaje (eso queda como tarea de los estudiosos literarios en el futuro). El lector pasará por alto los aspectos formales o de léxico respecto a una obra anterior (o de cualquier obra); pero lo que no le gustará es que una narración sea similar a la que ya ha leído, que no le aporte algo nuevo. El lector busca originalidad, meterse en la novela y olvidarse de todo lo demás, incluso de quién es el autor. Es después, cuando acabe la lectura (buena señal), que buscará el nombre de quien lo ha escrito o recordará otras obras y se sentirá satisfecho. Por eso lo importante es avanzar y escribir; si somos demasiado críticos con nosotros mismos nos vamos a estancar y el bloqueo es el peor de los males para los escritores. También para eso es bueno disponer de una opinión externa, que debe ser la función de un taller literario: reforzar la opinión de que lo escrito es bueno o indicar aquello que se puede mejorar y por qué. En la literatura ha habido muy, muy pocos genios; casi la totalidad de los buenos escritores se han forjado de la constancia y de no rendirse. Y jamás hemos de compararnos (para bueno o malo) si no es para aprender y mejorar.
Hemos de permitirnos equivocarnos, escribir textos buenos y malos, entender que de todas las plumas sale más malo que bueno, y que lo "malo" se acaba desechando o se convierte en bueno a fuerza de trabajar. Nos sorprendería conocer la cantidad de hojas tiradas por los grandes autores, los malos ratos que han pasado y los esfuerzos hasta que se han dado por satisfechos con lo que escriben. Todo lo "malo" se puede convertir en bueno con tiempo y dedicación. El tiempo es el mejor aliado, si le ayudamos con nuestro trabajo.Y ahora a escribir, que ya has leído bastante.

13 comentarios:

Juan Manuel Rodríguez de Sousa dijo...

Bueno, Felisa, gracias porque creo que tu pregunta ha dado resultado, y ha respondido a algunas interrogaciones.
Yo la verdad es que algunas cosas prefiero no repasarlas y mejorarlas, sino volverlas a escribir de nuevo. Disfruto más. (sobre todo si es un relato ya pasao' de vuelta. El profe como siempre, soltando sus caramelos de sabiduría.

Un saludo,
Juanma

Juan Manuel Rodríguez de Sousa dijo...

Bueno, y antes, releyendo algunos comentarios, entre ellos el mío, creo que apenas te contesté a la pregunta.

Te digo que no, que nunca estoy plenamente satisfecho. Siempre podría ser mejor. Hay a veces en los que me gusto más y otras en la que me odio a mí mismo y me obligo a dejar la escritura porque soy malísimo escribiendo.

Maribel Romero dijo...

Felisa, me parece muy acertado traer aquí el comentario de Ramón, muy útil para todos los que escribimos, es toda una lección. Gracias.

Un abrazo.

XoseAntón dijo...

Hay una perla que vendría muy bien a este buen consejo de Ramón: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..." Se nota que ha leído a Machado. :)

Decía una amiga de mi abuela(imagínenla una mujerona alta y muy, muuuyyy fuerte, con unos pechos del tamaño de balones de fútbol), que por el chocolate paría todos los niños de la parroquia. Ella, que ya tenía siete. Supongo que reunía tres cosas importantes: experiencia, cuerpo para parirlos(talento) y necesidad, mucha necesidad. (por aquí, antiguamente, a las parturientas de les daba quina, y chocolate(los regalos más típicos). E incluyo el tema porque me gusta el símil, creo que de Vargas Llosa, que compara escribir un relato es como parir un hijo.

Bikiños

El desván de la memoria dijo...

Felisa, para este honor claro que no necesitas pedirme permiso. Muchas gracias. Son muy interesantes todas las aportaciones en este debate sobre la escritura.
Un abrazo,
Ramón

Ardilla Roja dijo...

Hola Felisa
No debes impedir perdón por contestar de forma colectiva. Si, yo también pienso que la aportación del profe es la que da más luz a tu pregunta.

Me gusta conocer el origen de las palabras y de los nombres y no sabía el de Ramón. Hoy he sabido esto:
Ramón, nombre masculino de origen germánico "reginmund", su significado es "Aquel que da buenos consejos" o "Aquel que es protegido por la divinidad"

Lo dejo así.

Un abrazo

Kerícolo dijo...

Está claro que Ramón sabe de lo que habla, para mi la escritura es un canal de desahogo y que últimamente tenía muy abandonado. Escribo para mi primordialmente, para sentirme bien, para sacar los malos rollos de mi interior, y también las cosas buenas...Me han invitado a participar en varios concursos literarios, para que disfruten los demás también de lo que yo escribo...Sin duda Ramón sabe de lo que habla cuando dice que tienes que disfrutar tu, y los demás también...yo la primera parte la he conseguido...tal vez pronto intente la segunda.
Saludos Kerícolo

Alosia dijo...

¡Que interesante conocer la opinion y vivencias de quien tiene tanto que decir y experiencias que contar!
Una no se siente tan rara y perdida en este mundo de la comunicacion con una misma y los demas.
Gracias por la clase, Ramon y Felisa.
Saludos. Alosia.

El desván de la memoria dijo...

Gracias, Ardilla, por esa aportación sobre el origen de mi nombre. Si sabía que proviene de las lenguas germánicas, pero desconocía ese significado.
Un abrazo,
Ramón

yolandasaenzdetejada dijo...

genial la respuesta de Ramón. Muchas gracias fElisa por cuidarnos. A mí desde luego me ha servido muchísimo.

Kerícolo dijo...

Hola soy Kerícolo, de Palabras y Mundos, tengo un pequeño interrogatorio para ti, para conocerte mejor....si no te importa contestarlo...ya vendrán otras cosas mejores

L.N.J. dijo...

Hola Felisa, Leer y escribir o viceversa es una simbiosis en el arte de la escritura.

A mí me pasa de todo, soy un mar de dudas ....., y además me exijo muchísimo; más de lo que puedo dar o de lo que estoy preparada. Y así merodeo cuando en realidad debería verlo de otra manera. Iba a dejar mi blog, pero me lo he pensado mejor y sigo adelante con él.

Un beso encanto.

Ramón, eres genial; una bellisima persona. Lo sé.

Tony Amesty dijo...

Hola Felisa, es cierto lo que cuentas sobre la auto crítica del poeta, cuantas veces al releer un texto recien publicado siento un escalofrío al comprobar un fallo.

Un abrazo