domingo, 12 de febrero de 2012

DOM AND LOY Audiolibros

Hasta hace poco ni siquiera era consciente de que existían los audilibros, ni del valor o la utilidad que podían tener. Un día, paseando por Noguerones, mi pueblo de nacimiento, me encontré con Antonio, un vecino ya mayor, que me preguntó cuando iba a publicar otro libro. Le dije que eso no dependía de mí, que no era fácil publicar. Él me contestó que cada día tenía la vista peor y que si tardaba mucho no iba a poder leerlo. Me emocionaron sus palabras y a través de mis padres le envié una recopilación de cuentos inéditos.

Más de una vez he pensado en este anciano vecino y en la angustia que le producía perder la visión. Yo me sentiría perdida si no pudiera leer, la lectura es para mí fundamental, lo ha sido desde que aprendí a juntar las letras, me sirve para relajarme, es mi vía de escape, incluso me ayuda a soportar el dolor. Al parto de mi hijo me llevé un par de libros para la dilatación, pues ya sabía por experiencia que iba a ser larga. Recuerdo a mi marido en el paritorio con los libros en la mano, sin saber qué hacer con ellos cuando le preguntaron si quería cortar el cordón umbilical.

Por todo lo anterior me tranquiliza que existan los audilibros. Dom and Loy es una nueva página en Internet que nos ofrece otra forma de disfrutar de los libros, escuchándolos. En su web podemos encontrar un catálogo de audiolibros que, aunque ahora son pocos, irá incrementándose pronto. Dentro de poco podréis encontrar mis Trece cuentos inquietantes.

En la biblioteca de Alcaudete están dos de sus libros, Bartleby El escribiente, de Herman Melvilla y Ligeia de Edgar Allan Poe, me los he traído a casa para escucharlos, porque no sólo están indicados para gente con problemas de visión sino también para los que tenemos poco tiempo, que podemos aprovechar para escucharlos mientras hacemos otras tareas o vamos en el coche.

Os invito a visitar la página de Dom and Loy en la siguiente dirección: http://www.domandloy.com/ , allí podréis escuchar unas demos de los audiolibros publicados.









5 comentarios:

Maribel Romero dijo...

Es una información muy interesante, Felisa. Yo oí hablar de los audiolibros con ocasión de que la ONCE tradujera a braille EL PINTALABIOS, porque también hablaron de la posibilidad de grabar un audiolibro con esta obra (cosa que no sé si se llegó a hacer, de momento no tenemos noticia).
Felicidades por la próxima publicación de tu libro en este sistema.

Un abrazo.

Juanma Chica dijo...

Muchas gracias, Felisa, por tu sugerencia. Abres un nuevo campo. Muy interesante como siempre.

Paseo por las nubes dijo...

Hola, Felisa:
He leído con interés la magnífica entrada que dedicas a Maribel, una buena escritora. Sin embargo, hay algo que me ha dejado un poco pensativa y es eso de que, con sus historias, el lector nunca se siente engañado. Seguro que esto tiene su explicación y tú sabes bien a lo que te refieres, pero a mí no me ha quedado muy claro. Es por eso que, sin otra intención que no sea la de entender a qué se le puede llamar “engañar al lector”, es de lo que trata mi pregunta, porque pudiera parecer que hablamos de una práctica común entre los escritores, y la verdad, esto me preocupa. Espero no haberte molestado con mi pregunta, pero es que, de verdad, me he quedado un poco descolocada con esto.
Un abrazo

Felisa Moreno dijo...

Hola, Mercedes, no me molesta tu pregunta, así puede aclarar el sentido de mis palabras. Yo, particularmente, me siento engañada cuando compro un libro al que se presupone una calidad, por ejemplo, cuando el escritor está bien valorado o ha ganado un premio, y luego me defrauda, porque la historia no está bien hilvanada o el lenguaje no está cuidado. Desde mi punto de vista Maribel es una buena escritora, que combina un estilo claro con una buena estructura en sus historias. No sé si esto aclara tu duda, Mercedes. Desde luego no trataba de dar a entender que los escritores por norma engañan, aunque pensándolo bien, creamos un mundo de ficción, todo es mentira, pero debe ser una mentira muy bien argumentada.
Un abrazo.

Paseo por las nubes dijo...

Ah, bien, gracias, Felisa, ahora lo entiendo.
Es cierto que los escritores podemos crear un mundo de magia donde el "truco" tiene que ser limpio (quiero decir que el jugar con el lector no implique tomarle por tonto, mientras lo miramos por encima del hombro). Me extrañaba que al hablar de una escritora citaras lo que no hace, porque se prestaba a generalizar y podría deslucir lo que sí que hace. Entiendo lo de las expectativas que uno pone en algunos libros que pueden o no gustar, me ocurrió con una película "La piel que habito", donde la gente me recomendaba que la viera porque me iba a quedar de piedra. Y, sí, es buena, pero hay un par de cosas que no me gustaron. Por ejemplo, el director juega con un dato que no conocemos (hasta casi el final),de manera que nos puede llevar por donde quiera sin que nos enteremos (un recurso bastante lícito, por cierto, aunque en ello se basara la recomendación de la mayoría sobre “no te la pierdas”). Y otra cuestión (banal, desde luego)fue lo del letrerito en pantalla: "Cinco años antes", un recurso demasiado fácil para llevarnos al pasado, donde pienso que el director se lo podía haber ´currado´ un poco más, como ocurre en otras películas que se mueven en el tiempo utilizando multitud de recursos sin cartelito. Pero bueno,que esto es sacar faltas por sacar faltas, y no es algo que afecte a la película ni la desmerezca en absoluto tanto como para que yo no sea capaz de valorar el films de forma positiva. Afortunadamente, a Almodóvar le importaría un pimiento lo que a mí me hubiera gustado o no de su película, porque un buen director de cine (como un buen escritor) a lo que debe aspirar es a que su obra guste a la mayoría que, en definitiva, es la que cuenta. Y digo esto porque resultaría muy fácil buscarle fallos a una monumental obra de arquitectura, a los cuadros de un famoso pintor, o a la obra de García Márquez, como es muy fácil opinar sobre algo que ya está hecho,situándonos por encima de la crítica, remarcando algo que pensamos que nadie más a visto. Y, aunque el criterio personal no debe faltar nunca, reconozcamos que a una obra hay muchas formas de acercarse. Como decía un viejo profesor de bachillerato: “Hay dos maneras de corregir un examen, buscándole los fallos o puntuando los aciertos”, por lo que siempre podemos encontrar esos fallos que pensamos que nadie a visto, o valorar ese trabajo que tenemos delante de una forma seria, objetiva, responsable y humilde. Y si no nos gusta, pues no nos gusta, oye.

Bueno, Felisa, no me enrollo más (ya me conoces, je, je). Muchas gracias por tu aclaración y ojalá tengamos algunas críticas, aunque sean desfavorables, con respecto a lo que escribimos, porque será la señal de que nuestros textos dejaron de florecer en el cajón y ya están ahí, a merced de las inclemencias del tiempo.
Un fuerte abrazo.

(perdona que me haya confundido de entrada para comentar,ya que esto debería haberlo incluido en la que está el post de Maribel, pero bueno, como lo hice aquí, pues aquí sigo).