Levantando la copa del partido amistoso que jugaron en Baena |
El fútbol me aburre, incluso me irrita que se le dedique tanto tiempo en los medios de comunicación. Sobre todo a los dos grandes equipos, Real Madrid y Barcelona, a veces parece que son los únicos que juegan en la liga. Sin embargo, en los últimos meses me he aficionado a una versión liliputiense de este deporte. Mi hijo Juanma, con sus caídas de ojos y sus palabras de súplica, ¿mami, vendrás a verme jugar?, ha logrado que arrancarme de casa y llevarme hasta el campo de fútbol lo sábados o domingos que tiene partido. Y tengo que reconocer que me está gustando. Allí me encuentro con otras madres que, supongo que como yo, no habían prestado demasiada atención al deporte rey hasta que el rey de su casa decidió apuntarse al equipo municipal, el ADV Alcaudete. Nuestros hijos juegan en la categoría Prebenjamin, que a mí me recuerda muchísimo a ese anuncio de “pezqueñines, no gracias”, pues son realmente pequeñitos, entre 6 y 7 años. Es emocionante verlos todos vestidos igual, ocupando sus lugares en el campo, como si fueran jugadores profesionales. Dejan lo mejor de sí en el campo, luchan por ganar de manera sana y deportiva, cuando termina el partido le dan la mano al contrario y saludan al público.
El equipo de Alcaudete va primero en su categoría, hoy han jugado un encuentro decisivo (vaya, ya hablo como los comentaristas de la radio) con Valdepeñas de Jaén, el empate les permite seguir de líderes y les deja el triunfo final en las manos. Mi hijo no ha jugado hoy, sabía que no jugaría antes de ponerse la equipación y subirse al autobús que los llevaría a Valdepeñas, pero no le ha importado, lo importante es el equipo y con animar a sus compañeros se sentía satisfecho. Y es que él sabe que Alberto, su entrenador, le dará la oportunidad de jugar cuando sea el momento, hoy se ha venido con la promesa de que será titular en el próximo partido.
Creo que eso es lo más importante, que los niños aprendan a trabajar en equipo, que sepan respetar su turno y acepten las decisiones de su entrenador. Alberto lo está haciendo muy bien, da la oportunidad de jugar a todos los niños, a los buenos y los que no lo son tanto, y de esa forma gana partidos, pero sin humillar al contrario.
Fútbol, sí, pero de pezqueñines, digo, de prebenjamines.
1 comentario:
Ay, Felisa, qué me vas a contar. Aquí el padre de otro futbolista en versión reducida xD
Y lo mio son ya tres años yendo al partido matutino de cada sábado, haga frío o calor.
Y es verdad que el futbol puede traerte sin cuidado o incluso aburrirte, pero como sea tu pequeño el que mete un gol o hace una buena jugada... te sientes el mayor hincha del mundo!!
Un saludo ;)
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