domingo, 18 de enero de 2009

¡No es justo!


¡No es justo! Esas son las palabras que salieron de la boca de mi hija de siete años tras escuchar una noticia en el telediario. Normalmente ellos no miran las noticias, aprovechan esos momentos para contar lo que estuvieron callando mientras veían los dibujos animados. Por lo general a gritos, para hacerse entender mejor, ante mi desesperación y la de su padre, que intentamos enteranos de lo que pasa por el mundo.


Podría haber sido cualquier noticia. Hay tan pocas que sean justas. Los inmigrantes que perecen en el mar tratando de alcanzar nuestras costas, los israelitas bombardeando sin respiro a los palestinos, otra muerte de violencia de género, los niños que se mueren de hambre o de sida en algún remoto lugar de África, en fin, sería un empezar y no acabar.

Sin embargo, su protesta era ante algo que, por asumido, a nadie sorprende, que pasamos por alto, que las mujeres aceptamos con resignación, como otras tantas cosas. No es justo, no es justo, repetía una y otra vez. Yo no conseguía callarla porque esgrimía mis propios argumentos. Unos días antes les había leído un cuento que escribí, en el que se hablaba de la igualdad entre niños y niñas, entre hombres y mujeres. Ella lo tomó al pie de la letra y trataba de aleccionar a su hermano menor que pasaba bastante del tema.

Pues no, no es justo que las mujeres cobren menos que los hombres por realizar el mismo trabajo, que el sueldo medio de una mujer sea un 30% inferior al de un hombre. Que cuando vayamos a una entrevista de trabajo nos pregunten si tenemos hijos o pensamos tenerlos. Que engrosemos las listas del paro en mayor porcentaje. Que apenas ocupemos un 5% de los altos cargos en las empresas. No hagáis mucho caso de los porcentajes, me los estoy inventado, pero no creo que vaya muy descaminada.

Con este post quería llamar la atención sobre la diferencia de salarios entre hombres y mujeres pero también sobre la indignación de mi hija ante este hecho. Creo que vamos por buen camino, las generaciones futuras no se conformarán con lo que hay, querrán la igualdad, la efectiva, la real.

jueves, 15 de enero de 2009

La hija del cónsul. TERESA CAMESELLE

Hoy quiero presentaros a mi amiga y compañera de taller literario Teresa Cameselle. Aunque no nos conocemos personalmente son muchas las cosas que nos unen, sobre todo la pasión por la literatura. Espero que pronto podamos encontrarnos y que me dedique su novela La Hija del Cónsul, ganadora del I Premio Talismán de Novela Romántica. Me ha cedido un extracto de la misma para compartirla con los lectores de este blog. Os dejo con ella.



Nací en la primavera del 68 en Mugardos, un pequeño pueblo marinero del norte de Galicia. Al casarme me cambié al otro lado de la ría, es decir a Ferrol, donde vivo con mi marido y mis dos hijos y trabajo como administrativa.
Mi mayor afición es la lectura, seguida del cine, viajar... Como leo de todo, sin orden ni concierto, he acabado escribiendo también de todo. Tengo desde dulces cuentos infantiles, pasando por relatos breves no muy felices, algunos publicados en libros conjuntos con otros autores, una novela corta agridulce que resultó finalista en el premio de novela por entregas de La Voz de Galicia de 2007, y, en preparación, hasta una novela fantástica juvenil.
Pero donde he volcado todas mis fantasías, mis sueños y mi energía, es en “La hija del Cónsul”. Creo que la mayoría de los que empezamos a escribir lo hacemos para nosotros, para poner en el papel esa novela que aún no hemos encontrado y que es la que de verdad nos gustaría leer; pues bien, eso es lo que he intentado hacer yo con esta historia. Ahora solo me queda esperar que los lectores me den el mayor premio que existe, que sería descubrir que han disfrutado tanto de su lectura como yo lo hice escribiéndola.



LA HIJA DEL CÓNSUL (Extracto)



-Lo que te voy a pedir va a ser muy difícil para ti, pero tienes que escoger. ¿Qué es lo que más importante en tu vida, tu misma, tu libertad, tu cuerpo o... el bienestar de tu familia?
-Mi familia es ante todo.
-¿Te sacrificarías por ellos?
-Sí –susurró María Elena, consciente de que había empezado a temblar.
-Bien, su futuro y su felicidad está en tus manos, y esto no es una amenaza gratuita, debes saber que tengo el poder y los medios para hacerles mucho daño.
-Es un chantaje –afirmó la joven.
-Me temo que sí, pero no conozco otra forma de obligarte a hacer lo que necesito que hagas.
-Bien, tampoco encontraría una forma mejor. Ahora hable rápido, dígame qué es lo que espera de mi, acabemos con esto de una buena vez.
-Tienes que entender que es algo demasiado importante, es algo tan grande como no puedes siquiera imaginar, por eso ejerceré sobre ti toda la presión necesaria para llevar nuestro plan a buen fin.
La muchacha no dijo nada cuando él se detuvo, sólo lo miró, serena, fría.
-Te lo explicaré muy claramente pues sé que el temor a lo desconocido es el peor de los temores. Vas a ser ofrecida como presente a un hombre, es un hombre mayor y muy rico, que tiene un harem lleno de esposas, pero ningún hijo varón que le herede. Siempre ha sentido predilección por las mujeres muy jóvenes, de cabellos rojos y cuerpo generoso –María Elena asintió, enrojeciendo de humillación-. Durante un mes recibirás instrucción por parte de tres mujeres. Te enseñarán todo sobre el hombre que va a ser tu amo, aprenderás cómo complacerle en todos los aspectos, y después, cuando estemos seguros de que sabes todo lo necesario, serás entregada a él –Alí se detuvo, mirando fijamente a la joven, como intentando averiguar si comprendía lo que le estaba explicando-. Tienes mi palabra de que sólo será por un breve espacio de tiempo, sin embargo, mientras estés en el harem, tendrás que aceptar todas sus demandas.
-¿Eso es todo? –preguntó María Elena, ignorando las lágrimas imposibles de retener que comenzaban a correr por sus mejillas.
-Sé que es muy duro. Pero te aseguro que te he dicho toda la verdad y nada más debes temer.
-¿Es que acaso podría ocurrirme algo peor?
-Cuando todo acabe conservarás tu vida y la de tu familia, eso es lo único que debes recordar. Sólo espero que durante tu preparación consigas serenarte y resignarte ante lo inevitable. Si te aplicas y demuestras interés por aprender, permitiré que escribas una carta a los tuyos para tranquilizarlos sobre tu situación.
María Elena asintió con la cabeza y luego, incapaz ya de soportar su presencia, le dio la espalda y caminó hacia el fondo del jardín. Paso mucho, mucho tiempo, antes de que la curiosidad le hiciera volver la mirada, pero el hombre de ojos verdes había una vez más desaparecido sin el menor ruido.
Teresa Cameselle

miércoles, 14 de enero de 2009

En tus ojos descubrí la muerte



En tus ojos descubrí el misterio
de la vida, que ausente
me mira a través del espejo
de tu retina.

El dolor de tu pecho se impregnó
en mi alma y grité en silencio,
agarrada a las garras del águila negra
que sobrevolaba tu cama.

Tu cuerpo se agita, se rompe en olas
de respiración extinta.
Tus brazos se funden en el abrazo último
que no esperas.
La habitación se encoge, las palabras huyen.
Sólo el sonido ronco de tu garganta
permanece.

Nunca imaginé que la Muerte fuera tan cruel.
Y tan lenta.
Te observa desde la esquina, agazapada,
y espera.
Espera su momento.

Nosotras, impotentes juguetes
del destino, contemplamos inermes
su juego, tu lucha.
desarmadas asistimos atónitas
a tu derrota.
Y vertemos lágrimas negras
sobre tu cuerpo vacío.

Mientras, ella, la Diosa,
se marcha en silencio,
llevándote consigo.

martes, 13 de enero de 2009

Necesito tiempo... para escribir


Como dice mi amiga Mercedes, esto de los blogs es fascinante, atrayente. Ese atractivo hace que se acaben conviertiendo en un agujero negro del tiempo. Se van los minutos, las horas y no te cansas. Siempre hay algo interesante que leer, que ver, que disfrutar. Respondes comentarios, devuelves visitas. Como el tiempo es uno de mis más preciados bienes, por escaso, tengo que distribuirlo bien.

Desde que terminé mi última novela (en octubre, creo) apenas he escrito unos pocos relatos, necesitaba un descanso, es cierto, pero ahora tengo que reestablecer el hábito de la escritura, aunque eso conlleve a renunciar a otras cosas. Seguiré poniendo post en el blog, pero limitaré mis visitas y el tiempo que paso de aquí para allá. Al menos ese es mi propósito para este mes. Ayer inicié algo que puede llegar a ser una novela corta o quedarse en un cuento largo. Escribí durante horas, por la tarde, por la noche. Las palabras fluían solas. Es una experiencia maravillosa, quiero gozar de ella. Ya sufriré más tarde, cuando llegue la hora de corregir.

Por cierto, el otro día terminé por fin un relato que inicié aquí, casi en directo. El de la prostituta que salió en Callejeros. Al final el relato tomó unos derroteros que yo no esperaba, en vez de la historia de ella he contado la del periodista. A veces estas cosas pasan. Horas y horas pensando en un cuento y cuando te pones a escribirlo no se parece en nada a lo que habías imaginado.

Si alguien quiere leerla se la enviaré con gusto, sólo tiene que escribirme un correo a esta dirección algaidak@hotmail.com . No la pongo aquí, por si decido enviarla a algún concurso, hay muchos certámenes en los que no admiten relatos ya publicados, aunque sea por internet. Este es el enlace a la entrada donde se iniciaba el cuento:



sábado, 10 de enero de 2009

Mi relato solidario: Olvido


Se me olvida algo. Es una sensación extraña que me acompaña desde que me levanté esta mañana. No desayuné, el estómago me dolía horrores. Siempre llego al despacho antes que los empleados, así me aseguro de que sean puntuales. Hoy es domingo, estoy solo, no tengo que aguantar sus rostros descoloridos y serviles. Muy pocas cosas en la vida logran alterarme tanto como que traten de arrebatarme el dinero que gané con mi esfuerzo. Odio a los mendigos, a los drogadictos, a los borrachos que se acercan a mí para pedirme unas monedas. Me sacan de quicio esos anuncios de ONGs en la televisión, los ojos de los niños hambrientos,… A mí nadie me regaló nada. Sin padres, sin familia. Nunca me casé, cuando tenía edad carecía de tiempo, ahora no quiero que ninguna aprovechada malgaste mi fortuna. A veces echo de menos un hijo que me suceda, para olvidar esa ausencia reviso mis abultadas cuentas corrientes.

Hoy debería sentirme satisfecho, he repasado los balances y cuentas de resultados del último año y soy un poco más rico. Sin embargo la sensación de olvido me perturba. ¿Por qué este extraño pesar? Decido regresar a casa, quizás allí encuentre la respuesta. Tuvo que ser algo que pasó anoche, pero no puedo recordarlo.

Nada más entrar noto un olor raro, compacto, nauseabundo. Esta mañana no olía así, estoy seguro. Proviene del dormitorio, abro la puerta con cierto temor. Sobre la cama hay un bulto. Me acerco. No puedo creer lo que ven mis ojos, el hombre que está sobre la colcha, desnudo y cubierto de vómitos es… soy yo. Acerco mi mano a aquel cuerpo inerte, mis dedos se deshacen cuando tocan la piel muerta. Trato de gritar pero la voz ha huido de mi garganta. Entonces lo recuerdo todo. Es de noche, acabo de cenar, una comida copiosa a base de marisco. Decido darme un baño antes de acostarme… El dolor en el estómago, la impotencia, no consigo llegar al teléfono, los vómitos me ahogan. Sólo puedo pensar en una cosa, mi dinero, ¿qué será de mi dinero?

viernes, 9 de enero de 2009

RELATOS SOLIDARIOS DESDE INTERNET


Curioseando por ahí en varios blogs de escritores he encontrado referencias a esta iniciativa, la copio tal cual, por si alguien se anima. Podemos ser solidarios haciendo lo que más nos gusta. Yo ya estoy preparando algo para enviar.



RELATOS SOLIDARIOS DESDE INTERNET


Palencia, 6 de Diciembre de 2008.Estimados amigos:A quienes os dedicáis a escribir relatos y además tenéis un blog con presencia continuada en Red quiero pediros que regaléis un cuento, de extensión máxima un folio (doble espacio, tamaño 12 y una sola cara).Con esos relatos publicaremos un libro llamado “Relatos Solidarios desde internet” o parecido – se admiten propuestas – con 50 cuentos, cuya recaudación por venta será donada íntegramente al apadrinamiento de niños a través de la Fundación Vicente Ferrer.www.fundacionvicenteferrer.org/esp/La publicación de los 100 primeros ejemplares está garantizada. Intentaremos hacer una tirada mayor si las empresas a las que voy a dirigirme colaboran un poco con este proyecto. Por tanto, si quieres ayudar, manda tu relato antes del 1 de marzo de 2009 a mi correo electrónico javierribas@erabradomin.org , indicando además la dirección de tu blog.En caso de recibir más de 50 textos tendré que seleccionar. Para ello pediré la ayuda de los miembros de la Asociación de Escritores en Red http://www.erabradomin.org/ ya que yo no me considero un buen crítico.Hasta la fecha límite de recepción, y siempre con vuestra autorización, iremos publicando los textos recibidos en mi blog.Un fuerte abrazo a todos y adelante. Podemos hacer cosas.Javier Ribas http://javierribas.blogspot.com/

jueves, 8 de enero de 2009

Me cuesta desprenderme de las cosas

Me cuesta desprenderme de las cosas. Guardo objetos inútiles aunque sé que nunca volveré a necesitarlos. Sobre todo me cuesta deshacerme de cualquier cosa que esté hecha con papel: un libro, una revista, un cuaderno… Supongo que se debe al déficit de letra impresa había en mi casa cuando yo era pequeña. A veces me armo de coraje y hago limpieza, casi sin mirar abro una bolsa y deposito en ella las revistas atrasadas, las correcciones de relatos o novelas, los folletos publicitarios de algún lugar que visité o anhelo conocer, algunas cartulinas desvencijadas con los trabajos de mis hijos….
Supongo que, con mi manía de conservarlo todo, trato de retener los recuerdos, que día a día se escapan de mi memoria, sin remedio. Este blog nació también por eso, para atrapar los momentos de triunfo, de pena, de alegría, de rabia… No es de papel, es intangible como todo en estos tiempos. Un mundo virtual de luces y sombras que nos atrae y nos repele, según el caso; pero, aunque no haya celulosa en su composición, también me costaría mucho deshacerme de él.
El problema de la vida es que siempre es elección, abandono, olvido… A veces es necesario desprenderse de la piel vieja, como hacen las serpientes, para crecer y desarrollarse. A veces hay que coger la bolsa de basura y tirar lo que nos retiene, lo que nos impide avanzar. A veces necesitas a alguien a tu lado que te haga ver lo necesario de esa limpieza…
No sé bien como acabar esta reflexión, tampoco tengo muy claro por qué la empecé, ni por qué la escribí, pero ahora ya no puedo deshacerme de ella, se ha convertido en un post.

martes, 6 de enero de 2009

Y llegaron los Reyes Magos


A casa arribaron pronto. Regresábamos de ver la cabalgata, cargados de ilusión, caramelos, un par de pelotas y chispitas de fuegos artificiales en los ojos. Nada más entrar comprobamos que debajo del Árbol había varios paquetes, y que la leche y los dulces que dejamos antes de irnos, habían desaparecido. No les hizo mucha gracia el turrón de chocolate, porque apenas lo tocaron. En pocos segundos se armó un tremendo jaleo, el papel de regalo volando por la casa, las cajas abiertas, chillidos, saltos de alegría… ¡Qué os voy a contar qué no sepáis aquellos que tenéis o habéis tenido niños pequeños en casa! Costó trabajo acostarlos anoche, la emoción se les salía por los ojos, que se empeñaban en seguir abiertos. Sin embargo, esta mañana no se han resistido demasiado a levantarse, los juguetes esperaban en el salón, quietecitos, nuevos, relucientes, limpios…
De mí también se acordaron, un libro y una Wii Sport. Sí, bueno, ya sé que no soy una niña, aunque a veces me gustaría, tuve una debilidad y la incluí en la carta a los Reyes. De todas formas, creo que la han traído para la familia. Al menos todos nos hemos reído un rato esta mañana tratando de jugar al tenis, a los bolos, al beisbol… Es genial, tienes la sensación de estar realmente en la pista. Creo que me saldrán agujetas en el brazo.
En fin, un hermoso día de Reyes, aunque afuera las nubes grises se hayan comido al sol. Aquí, en casa, luce lleno de magia, iluminando las caritas de mis hijos. Mi mejor regalo, mirarlos.

sábado, 3 de enero de 2009

¿Quién se anima a participar?


Hoy he estado mirando certámenes literarios, por si encontraba alguno que se ajustara a los relatos que tengo escritos. Me ha llamado la atención este: I Premio Algazara de Microrrelatos, en concreto una de sus bases que dice: "El tema del microrrelato será libre, pero podrán no admitirse textos que incluyan asesinatos, violencia, desesperación, maltratos, suicidios o cualquier otra situación escabrosa que haga que la lectura del microrrelato no sea agradable. Se dará prioridad a los microrrelatos cuya temática sea optimista, vital y entusiasta"

Ya veis, algo optimista para empezar el año. ¿Quién se anima a participar? Yo he envíado textos a otros concursos de esta editorial y ya me han publicado varios, estaría bien compartir libro ¿no?

Aquí os dejo un enlace a las bases:


jueves, 1 de enero de 2009

Una sonrisa de Año Nuevo: El chaquetero


Quiero empezar el año con otra anécdota de mis hijos. Ellos son fuente, qué digo fuente, cascada de inspiración para mí. Y es que estos pequeños no paran y me viene bien escribir cosas alegres, ya son demasiado tristes mis cuentos. Y es que los relatos se escriben solos, no me dejan elegir. Las historias llegan y no me queda más remedio que trasladarlas al papel, o se niegan a salir de mi cabeza. A veces pienso que más que una escritora soy una impostora, en realidad no invento nada, me dejo llevar por los personajes.
A lo que iba, el otro día, viendo un partido de baloncesto entre el Madrid y el Barcelona se inició esta conversación:
- Mami, ¿tú de qué equipo eres?
- Del Madrid, creo (al menos lo era antes, cuando seguía como loca las aficiones de mis hermanos mayores, el fútbol sobre todo).
- Pero mami, el Madrid va perdiendo.
- No importa, es igual, yo soy del Madrid.
- Pues mami, yo soy del Barcelona porque está ganando.
- Tú lo que eres es un “chaquetero” – le digo yo con mucha guasa.
- ¿Qué es eso, mami? (cualquier pregunta o frase que pronuncian mis hijos, siempre se inicia o finaliza con la palabra mami)
- Pues es aquella persona que se va con el equipo ganador, y cambia cada vez de equipo.
- Ah, vale- dice sin sentirse ofendido- entonces yo soy un chaquetero, mami, a mí me gusta ser del equipo que gana- me dice y se queda tan tranquilo.

Aquí es donde me quedo mirándolo antes de soltar una carcajada, y pienso, ¿qué pasaría si todos fuéramos tan sinceros como los niños? El mundo sería inhabitable, seguro. ¿Cómo decirle a tu amiga lo mal que le queda el peinado nuevo? ¿O cómo decir que ese regalo de cumpleaños te pareció una broma de mal gusto?¿Cómo explicarle a tu jefe que estás hasta las narices de según que cosas? (mejor no abundo en este tema que mi jefe de vez en cuando se asoma por este blog). En fin, qué vivan las mentiras piadosas y que los niños nunca pierdan su inocencia.