lunes, 18 de agosto de 2008

Noches de cine, eclipses de luna y estrellas fugaces



Las noches de verano tienen un encanto especial, sobrevienen con languidez, perezosas, como haciéndose de rogar. Extiende con firmeza un manto de oscuridad y frescor, que reanima nuestros cuerpos agotados por las calores diurnas. Apetece salir a tomar el fresco, como aún hace mucha gente en nuestras calles, sacan su silla a la puerta y entablan conversación con los vecinos. A beber una cerveza fresquita con su sabrosa tapa en una terraza o por qué no; a ir al cine de verano.

Colgada del cielo está la pantalla, inmersa en una oscuridad nocturna y alevosa. Las creaciones humanas, los sueños inventados, desfilan suspendidos en el aire, arrancando suspiros de amor y odio, risas y llantos.

Un poco más arriba, la bóveda celeste nos ofrece otro espectáculo. Inalcanzable y altiva, nos deja verla, observar sus luces antiguas, maravillarnos con los astros que en ella pululan. Algunos dejaron de existir hace miles de años, pero aún podemos contemplarlos. Cómo esas viejas películas en blanco y negro, con apuestos galanes y bellas damiselas, los actores quizás murieron o están comidos de arrugas, pero su belleza seguirá viva mientras nosotros sigamos viéndola.

A veces, el cielo se torna celoso y, en su afán de competir con el espectáculo que nos ofrece el séptimo arte, nos muestra algunos de sus prodigios. Una estrella fugaz a la que pedir un deseo o un eclipse de luna, repleto de magia y misterio, como ocurrió la noche del pasado sábado.










1 comentario:

Juan Manuel Rodríguez de Sousa dijo...

Felisa,

Yo también vi el eclipse. Salí a la calle sin saber que había uno, y de repente, (yo siempre tengo la costumbre de andar lentísimamanete e ir admirando el paisaje) me veo con algo raro en la luna. La verdad que al princpio no sé, no sabí alo que era, pero después caí, "un eclipse"

Me resultó raro, extraño, un poco mágico. Supongo que luna ya tendrá su encanto en su estado normal, pero de todas formas, estos acontecimientos marcan de alguna forma nuestras fechas, Ya sabemos que lo que pensabamos que no podía ser más bonito, sí que lo puede ser, o al menos, más especial.


Besos,
juanma