lunes, 15 de diciembre de 2008

¡Estoy de vacaciones! ¿o no?

(Relato basado en hechos reales)

Hoy ha sido mi primer día de vacaciones. Tengo en mente presentar un libro de cuentos a un certamen y le idea era utilizar esta semanita de asueto para seleccionar los relatos y revisarlos. Así que me puse el despertador a la misma hora de todos los días (6:30 a.m.) para aprovechar mejor la jornada. Nada más levantarme recordé que el domingo había puesto tres lavadoras y que tenía un montón de ropa por planchar y colocar. ¡Qué fastidio! Casi son las ocho y media y aún me quedan algunas prendas en la secadora. Vaya, tengo que levantar a los niños. Qué guapos están por las mañanas, con sus ojitos de sueño y su carita lavada. Pienso, apenada, que habitualmente me pierdo ese espectáculo.
Ufffff que frío, dejo a Irene y Juanma en sus respectivos colegios y descubro que olvidé las llaves dentro de casa. Visita obligada al piso de mi cuñada, menos mal que tiene una copia. Nada más regresar recuerdo que he de hacer unas compras urgentes. Vuelvo a salir, un viento gélido arrastra el frío desde la sierra, aún nevada. Llego a casa apresurada, son casi las diez y aún no encendí el ordenador, suena el teléfono, tratan de venderme un colchón. Miento, les digo que acabo de casarme y lo tengo nuevo, insisten con un robot de cocina, me niego en redondo a seguir escuchando. Ya que estoy al lado del teléfono llamo al trabajo, charlo un rato con mi compañera Mila, parece que la Consejería de Innovación va a sacar unas nuevas ayudas, pero me niego a mirar el BOJA, estoy de vacaciones…
Por fin arranco el ordenador, miro el correo, y antes de que pueda empezar a hacer nada aparece mi marido, a recoger unos documentos que había olvidado en casa, va de paso para Alcalá. Aprovecha para tomarse un café, lo acompaño, claro.
Son casi las once, un sol espectacular entra por los cristales, ¡horror están sucios! Los niños los manosearon el día anterior mirando la nieve-granizo que había caído. Decido limpiarlos, y ya puesta le doy un repaso al salón, que falta le hace. Quizás debería haberle preguntado a la tele vendedora si tenían robots para esto. Es casi la una y aún sigo limpiando. ¿Por qué habrá salido el sol? ¡Ayer la casa no se veía tan sucia!
A las dos tengo que recoger a los niños del colegio y aún no he preparado la comida. Miro el ordenador, sigue donde lo dejé hace unas horas. Esta tarde, pienso, echaré un rato. Entonces recuerdo que es el día de recoger las notas de Juanma y después tengo reunión del Consejo Escolar. Renuncio, tiro la toalla. He dado por perdido mi primer día de vacaciones. Mañana...ya veremos.

12 comentarios:

Juan Manuel Rodríguez de Sousa dijo...

¿pero si no tienes tiempo ni en vacaciones?

¿ni siquiera de recopilar relatos? jajaja,

¿de dónde sacas el tiempo para escribir, Felisa? De verdad, yo creo que la historia esa del tiempo detenido debe tener algo de cierta...

Saludos
Juanma

(hasta estas horas que ves el comentario, escribiendo mi novela)

Paco Gómez Escribano dijo...

Bueno, Felisa, eso nos suele pasar a todos. Yo a veces me pregunto que, a lo mejor, ese día que tenía pensado escribir y no pude, quizás, sólo quizás, me hubieran salido las líneas más magistrales. Pero luego desecho la idea, porque, al final, cada cosa a su tiempo. Felices fiestas.

Anónimo dijo...

vAYA. Me ha dado estres solo leerte..

Yu, me voy a trabajar, que llego tarde....

Un saludo.
Feliz Navidad

El desván de la memoria dijo...

Sí, Felisa, realmente has creado una gran tensión. Uno está leyendo y lo que piensa es: ¡pero, bueno, déjalo todo y ponte a escribir, ya! Estás creando un género que quizá podríamos llamar el Reality-hogar...
Y en lugar de "Cosas de niños", casi que puedes abrir una sección propia: "Cosas de madre"... ;)))
Un saludo,
Ramón

Anónimo dijo...

Un relato muy realista. Lo sé muy bien, tengo los mismos problemas que describes. Nadie valora en su medida el trabajo del hogar y es el peor, no tiene horario ni fin.
Llevo unos días leyéndote y me gusta mucho como lo haces.
Un cálido abrazo

Carmen

Teresa Cameselle dijo...

Tal cual la vida misma, para tirarse de los pelos.
Lo peor es que durante el día te vas diciendo a ti misma, bueno, ya escribiré de noche, pero de noche estás agotada y ya ni te salen las ideas.
Este verano, en vacaciones, me puse horario. Como mis hijos duermen hasta tarde, aprovechaba y escribía de 9 a 11 todas las mañanas y de 3 a 5 por las tardes. Y durante ese rato no había nada que hacer, ni cristales sucios, ni teléfonos, como si no estuviera en casa. Resultó el mes de agosto más productivo que he tenido.

Muy bueno, Felisa.
Un beso.

Celia Álvarez Fresno dijo...

Hola. Tu escrito me recuerda un pasado no muy lejado en mi vida... bueno, tal vez un presente que nunca de acaba.
Real como la vida misma.
Un abrazo.

Paco dijo...

Felisa ya sabes que los niños dan mucho trabajo, por lo que las madres nunca estais de vacaciones.

Pero si un dia tuyo sin trabajar es como lo has contado (que todo hay que decirlo casi me estresa a mi también), ¿como es un día normal en tu vida?.
Mejor no lo cuentes

Pues si, no se de donde sacas el tiempo pero gracias a ello podemos disfrutar con tus relatos y reirnos (en el mejor sentido de la palabra) un rato con lo que nos acabas de contar.

Un abrazo

XoseAntón dijo...

No sé que decir, Felisa; en casa tengo una "máquina" parecida. En multitud de ocasiones me he preguntado de qué "pasta" estáis hechas algunas mujeres. ¿Qué ocurrirá el día que digáis ¡BASTA!? No quiero ni pensarlo. No sé que decir; si acaso, añadir no olvidaros de disfrutar de la vida; pero eso también lo sabéis...

Lo siento, no me atrevo a decir que os admiro, porque en el fondo también me entristece veros inmersas en semejante vorágine.

Disfruta de las vacaciones y de esos niños todo lo que puedas; lo demás ya se hará, sin prisas.

Bikiños

Felisa Moreno dijo...

Hola Juanma, yo antes escribía de noche, ahora procuro hacerlo por las tardes, así evito dormirme sobre las teclas.

A mí lo que me pasa Paco G. es que paso poco tiempo escribiendo, pero mi cabeza siempre está dando vueltas, a veces el relato está casi definido cuando me pongo a escribirlo.
Gracias Estela por pasarte, no trabajes demasiado, que casi estamos en fiestas.

Ramón, me ha hecho mucha gracia eso del reality hogar, tendré que pensarlo, lo mismo me forro como los de Gran Hermano.

Gracias Carmen, veo que comprendes mi situación, me alegra que te guste lo que escribo, ven cuando quieras, esta es tu casa, podemos charlar de niños o de literatura.

Gracias Teresa, tengo que probar tu receta, el problema que veo es que mis niños no tienen horario ni fecha en el calendario, siempre me quieren disponible, a ver si crecen un poco.

Hola Celia, dicen que cuendo crecen aún es peor, prefiero imaginar historias de terror.

Gracias Paco, a veces pienso que trabajando estoy mejor. De todas formas hoy me lo he tomado con más calma, me laventé una hora más tarde y cuando dejé a los niños en el colegio me fui a la peluquería, eso sí, con unos pocos relatos para ir revisándolos mientras esperaba.

Gracias a todos por leer mis "cosas de madre" como dice Ramón.

MarianGardi dijo...

Lo malo Felisa, es que cuando ya terminas todo y puedes ponerte a escribir ya estas tan cansada que dices mañana sera otro dìa!! Yo admiro a las mujeres con niños y que teneis ganas de escribir (que voluntad) Yo no trabajo, ni tengo niños pequeños, todo el tiempo para mi, pero me como las horas para hacer tres folios o cuatro y pienso: "Cuanto cuesta escribir una novela". Duro eh!! Sobre todo por el tiempo que hay que dedicarle.
Un abrazo

sami, la recompensa es el doble de lo que se da... dijo...

te entiendo perfectamente, por eso yo le puesto una demanda al cambio Tiempático.

"Ya no voy a aceptar mas esto, quiero demandar la mala calidad de estos tiempos, cada vez es más caro y difícil de conseguir y cuando por fin lo tienes no dura nada."

Te dejo un abrazo de osa apurada