sábado, 12 de junio de 2010

Adulterio



Llevaba varias semanas enganchada a aquel blog. Nada más acostarse cerraba los ojos y trataba de adivinar lo que su autor, a la mañana siguiente, escribiría para ella. Sólo para ella. En la otra esquina de la almohada su marido dormía levantando, con el sonido de su respiración acompasada, vientos de remordimiento en Carmela. No, no lo estaba engañando, sólo leía las palabras que alguien, un total desconocido, redactaba a miles de kilómetros de distancia. Era como abrir un libro o ver una película. Entonces, ¿por qué ese calor en el vientre cuando sus ojos recorrían los párrafos anhelados? Se sentía roca, el lugar donde llegaban las mareas de los sonidos no pronunciados, que cada día alguien inventaba para ella. Al menos eso quería creer, que los textos crecían al calor de sus lecturas.
Sólo palabras, ni siquiera fijadas en un papel... Sólo una titilante pantalla manchada con los pensamientos de un extraño. A cada entrada del blog ella escribía un comentario; en la siguiente publicación el escritor desconocido le contestaba. Nadie más leía aquella página. Quizás de ahí devenía su sentimiento de culpabilidad: la calificación de adúltera que a veces se dedicaba a sí misma. Y también la irreprimible atracción que sentía por aquel blog.
Una mañana, cuando entró en la red a recoger su ración diaria de evasión, notó que algo había cambiado. Alguien más había dejado un comentario a la publicación de ese día. Era otra mujer; a la que él había contestado con la misma dulzura que empleaba para dirigirse a ella, las mismas palabras cargadas de erotismo y sensualidad.

Nunca más volvió.

10 comentarios:

Paseo por las nubes dijo...

Los hombres son así; les gusta quedar bien con todas y hacerse los amos del corral.
Las mujeres somos así: nada de compartir (ni siquiera piropos).
Yo hubiera hecho lo mismo que tu protagonista. "El que quiera celeste que le cueste"; porque de colorines está el mundo lleno.
Qué pena, esta historia podría haber terminado de otra forma. Tener una ilusión no es adulterio, es compartir otro mundo (de entre todos los mundos donde podemos movernos).

Ardilla Roja dijo...

Y a qué mujer le gusta compartir cuando se trata de un hombre? A ninguna.

Yo hubiese hecho lo mismo que tu protagonista. Cuando algo te quiebra la ilusión, esta se corrompe y se vuelve un asco, sea por Internet o fuera de ella.

Buen fin de semana, Felisa
Un abrazo

Paseo por las nubes dijo...

Bueno, Ardi, la verdad es que de nuestra ilusión, igual el otro no sabe nada... je, je. Y si la rompe es sin querer ¿no?
De todas formas, en la historia que cuenta Felisa, parece ser que había una correspondencia mutua que posiblemente alimentaba esa ilusión, por eso la prota se queda tan desencantada. Normal.
Pero, seguro, seguro, que mejor que lo descubriera a tiempo.
¿Sabes? Estas cosas y otras hay que tomarlas con humor (la única manera de no pasar berrinches). Y yo le hubiera puesto un comentario a ese tipo, pero ya "a saco", para que la otra vea con quién se las gasta...
Huy, igual no lo hubiera hecho. Yo qué sé. Mejor comprarse un helado y pasar del tipo ¿no?
Besillos de mevoyalacama que ya es hora.

Mara dijo...

¡Me gusta tu blog! ya tienes una seguidora más. Este relato me ha traído gratos recuerdos. Saludos.

Natàlia Tàrraco dijo...

La red puede provocar adicción, una pasión exclusiva, una obsesión casi erótica. !Celos incluso!
Parece capaz de vivir y palpitar aquello que no siente en la realidad.
¿Compartir? Depende, existe aquello llamado triángulo.
Cada cual reacciona a su manera, y tú Felisa sabes meternos en un relato corto donde no falta ni misterio ni pasión ni sentimientos, cosa que dominas y no es naaada fácil.
Bsitooos, que tengas una feliz semana.

José Miguel Domínguez Leal dijo...

Un relato muy original, Felisa.
Saludos.

Anónimo dijo...

En este medio no se puede esperar gran cosa de nadie, salvo de los que ya se conocen en persona. Internet es el mejor abono que conosco para la hipocresia. No es infrecuente desilusionarse, aunque también es verdad que si no se da, poco o nada se recibe.

Un saludo.

Maria.

Felisa Moreno dijo...

Gracias por vuestros comentarios, este micro lo escribí para un certamen, donde pedían que hablaran de literatura y de su relación con internet. Un tema muy de moda.
Besos.
Ah, y bienvenida Mara, esta es tu casa.

Yo dijo...

Y no me hubiera ido,al revés hubiera escrito algo mejor que la otra mujer. Demasiado competitiva, será?

un saludo

John dijo...

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