A mí sólo un reintegro, y ¿a Juana, la protagonista de esta fantasía navideña ambientada en mi tierra olivarera? Ojalá.
LAS MÁQUINAS NO SUEÑAN
Juana se mueve con lentitud, el barro que se acumula en la suela de sus zapatos le impide andar con normalidad. A la voz del manijero, corre en busca del fardo. Mientras coloca la lona alrededor del árbol, echa de reojo una mirada a sus manos, duras y resecas como la corteza de los olivos, y piensa en sus rodillas coloradas, hechas un puro callo de arrastrarse por el suelo.
A Juana le duele la cintura, los tres embarazos han dejado huella en su cuerpo, también le duelen los brazos, y los tobillos atrapados en el barro…, pero lo que más le duele son los sueños perdidos.
En el pueblo decían que bailaba muy bien, que se movía como una artista de cine, de las de Hollywood. Hasta poco antes de casarse se imaginaba subiendo al avión que la llevaría a California; una vez allí, sus piernas largas y su cara bonita harían el resto. Se lo decía a sus amigas con voz frívola, quitándole importancia, pero el deseo anidaba en su interior, incluso llamó a Iberia para preguntar por el precio del billete.
Paco, su novio, se encargó de borrar aquellos sueños locos. Si al principio le seguía la corriente, incluso la animaba a prepararse para su futuro triunfo en el espectáculo, en cuanto se prometieron y se vio con la suficiente autoridad, le prohibió hablar de tonterías, y trataba de convencerla de que traía mejor cuenta dar la entrada para un piso que gastar los ahorros en un billete de avión a ninguna parte… ¿Qué sabía ella de Hollywood y los artistas?
Hace frío, a Juana se le han quedado heladas las orejas, la nariz le gotea y se la limpia con un pañuelo de papel. El ruido de las máquinas le impide conversar con los compañeros. Le gustaba más antes, cuando en el campo se podía hablar sin el estruendo de las varas mecánicas, ni las sopladoras,… Otros inviernos, aún con el cuerpo cansado, había lugar para las charlas, las bromas, los chascarrillos… Para el flirteo entre chicas y chicos. El ritmo de trabajo ahora es fabril, Juana tiene la sensación de que es una máquina más, y las máquinas no sueñan.
Hoy es un día distinto, en la chaqueta, una vieja de Paco que tiene muchos bolsillos, lleva el móvil y los auriculares. Hoy es el día de la lotería, y está segura de que le va a tocar. También lleva encima los décimos que ha comprado, cinco. Más de cien euros invertidos a espaldas de Paco, que a él no le gusta soñar. Dice que la lotería es un engañabobos y que el único que gana es el Estado, que se embolsa una buena pasta.
A Juana le da igual lo que piense Paco. Este día es un paréntesis en el resto de su vida, una nube que baja hasta el suelo para que ella se suba y pueda pasear cerca de las estrellas, aunque no sean las de Hollywood. Juana tiene otros sueños que han nacido después, cuando sus hijos han ido avanzando cursos y ha visto que ya no puede ayudarlos con los deberes. No se aplicó mucho en sus años de estudiante, solía embelesarse en sus fantasías de bailarina mientras don Amador explicaba la lección. Ni siquiera se sacó la EGB, sus padres la quitaron del colegio el primer año que repitió, en sexto curso. En el campo nos serás más provechosa, hija mía, le dijo su padre sin atisbo de pena, más bien parecía aliviado, no entendía la necesidad de que una mujer fuera tantos años a la escuela.
El sueño de Juana, ahora, es estudiar una carrera, y en uno de aquellos cinco números que atesora en el bolsillo interior de la chaqueta vieja de Paco, está su realización. De este año no pasa. Sube el volumen a la radio del móvil, los niños de San Idelfonso ya han iniciado sus letanías, sólo es cuestión de aguantar unos minutos más, quizás unas horas, después la vida será diferente para Juana. Y si no sucede el milagro, al menos le quedará el derecho a seguir soñando, que ella no es ninguna máquina, por mucho que el mundo se empeñe en demostrarle lo contrario.
10 comentarios:
¡OH! Por favor, que le toque y que pueda cumplir sus sueños... y si no es esta vez, que sea para "el niño"...
Un abrazo.
Realmente hermoso,espero que le toque y cumpla su ilusión,me conmociona, me recuerda un poco a muchas mujeres en circunstancias similares.
Sueños perdidos, sueños de mujer. Esos sueños se hacen realidad, la loteria lanzarse de lleno en busca de ellos. Bello relato.
Un beso y feliz 2012 que tus sueños tambien se hagan realidad.
Interesante relato , muy bien escrito, digno de la pluma magistral de la amiga Felisa.
Que los sueños de Juana se cumplan!!!Aunque la lotería no siempre da la felicidad y hay que tener cuidado con lo que se desea...
¡¡¡Feliz año!!!
Qué bonito relato, Felisa, lleno de ternura y emoción. Y qué bien narrado. La lotería, en este caso, ha sido para ti una fuente de inspiración estupenda.
Besos.
¡Hola Felisa!
Si no fuera por los sueños que seria de nosotros...
Saludos de J.M. Ojeda.
Feliz 2.012
MIS MEJORES DESEOS PARA TI Y LOS TUYOS EN EL PRÓXIMO AÑO Y EN TODOS LOS VENIDEROS…
UN ABRAZO AFECTUOSO
Precioso relato, aunque al comienzo resulte triste nos deja con un poso de esperanza en el futuro.
Feliz año y que ningún sueño se quede en el olvido en el 2012
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