jueves, 5 de febrero de 2009

Disfraces no sexistas, ¿y ahora qué hago yo?


Arrastro el ligero complejo de ser una madre imperfecta. Aunque procuro estar al tanto de mis hijos, pendiente de su evolución en el colegio y todo lo demás, tengo una acusada tendencia a dejar las cosas para el último día. El año pasado fui la última madre en pagar la cuota del AMPA en todo el colegio, la última que recogió el baby, la última que encargó los libros en la papelería, la última que echó la carta de los reyes magos al buzón, … Podría seguir y no acabar.

Así que este año, contraviniendo mi tendencia natural, decidí comprar los disfraces de carnaval con tiempo suficiente, antes de que se agotaran los modelos más chulos, como suele ocurrirme todos los años. Irene eligió el de bruja y Juanma uno de Ninja. Regresamos a casa, se los probé y les hice unas fotos. Me sentía satisfecha, los trajes eran baratos y mis hijos estaban encantados con ellos. Misión cumplida.

Pero al día siguiente, cuando fui a recoger a mi hijo al colegio, éste me entregó una nota sobre el carnaval. En ella se comunica la fecha en que se hará la fiesta de carnaval y nos “sugiere” a los padres que procuremos que nuestros hijos utilicen disfraces no sexistas, alejados de los estereotipos (niña-princesa, niño-guerrero). Y es que nunca hago una a derechas, cualquiera le dice ahora a mi hijo que cambiemos el traje, si anoche no se lo quería quitar ni para ponerse el pijama. Así que, sintiéndolo mucho, contribuiré con mi hijo y su disfraz a mantener las conductas sexistas. A cambio, como penitencia, prometo leerles esta noche un cuento sobre igualdad de género que escribí hace unos meses: El duende del pijama rosa.

11 comentarios:

tag dijo...

No le des tanta importancia, que no tampoco es eso.
Los niños se identifican con los personajes de ficción que ven y les gustan, y el disfraz, precisamente por ser algo festivo y ocasional, no creo que les haga ningun daño.
Si lo piensas la mayoria de disfraces son sexistas.
Duerme tranquila, Felisa, y que sueñes con los angelitos que no tienen sexo.
Ja,ja,ja,

Anónimo dijo...

para una vez que llegss la primera...jajaja.

Yo recuerdo que me gustaba disfrazarma de vampiro, y no por eso chupo la sangre.

Son solo disfraces,no creo que tenga más importancia.
Un besito, y otro para esas preciosidades.

Serio Y. Pérez dijo...

Contrario a lo que piensas, creo que has sido afortunada en la elección. En los canales infantiles se encuentran ya tantos ninjas masculinos como femeninos. Por otra parte, tras la victoria de Obama, las brujas tradicionales no han tenido otra opción que ceder a los brujos africanos el lugar que históricamente merecían. De sexistas nada.

Jesús dijo...

Los disfraces no sexitas, tendrían que ser disfraces amorfos, neutros o como aquellos personajes de los comics antiguos, Roberto Alcázar y Padrin y algunos otros.
Pero si al fin y al cabo, en carnaval es el único momento en el año en que se nos ve el disfraz, el esto del año vamos disfrazados sin que nadie lo note.

Celia Álvarez Fresno dijo...

Las sugerencias, son eso. Sugerencias, pero no imposiciones. Así es que como están tan guapos... y les gustan... Adelante. Digo yo.
besos

Felisa Moreno dijo...

Estoy de acuerdo contigo Tag, a veces nos pasamos un poco con esto de la educación igualitaria. Yo tengo comprobado que mi hijo es diferente a mi hija, tiene otros gustos y eso hay que aceptarlo. Creo que lo importante es educarlos en el respeto al otro sexo, pero aceptando que son diferentes. Un beso, guapa.

Hola Estela, menos mal que dejaste tus aficiones por el vampirismo y te dedicaste a la literatura. Aunque no sería mala idea combinar ambas, se venden muy bien los libros de vampiros. Un beso.

Vaya Serio, que alivio, gracias por los ánimos. Un saludo.

Qué razón llevas Jesús, aunque eso somos los mayores, los niños en su inocencia aún no han construido el disfraz cotidiano. Un abrazo, amigo.

Gracias Celia, eso digo yo, el carnaval está hecho para trasgredir ¿no?, pues eso. Un beso.

Anónimo dijo...

HOla, coincido con el resto de "comentaristas" vivimos en un mundo un poco bastante enloquecido que tiende a llevar las cosas al extremo, huyendo hacia adelante, que tus hijos lleven los disfraces que les has comprado y disfrutalos con ellos.

He llegado aquí desde otro blog y sólo quería decirte que ánimo, muy hermoso lo que escribes, quedas invitada a visitar mi blgo si quieres, saludos
http://kutimon.wordpress.com/

Anónimo dijo...

No te preocupes no serás la única, a mí me paso igual cuando leí la nota. Cualquiera le dice a mi hija que no se disfraza de princesa. Le regalaron el traje el año pasado y estaba deseando que llegara el carnaval para ponérselo. Seguramente no serán los únicos de su clase que se salten la sugerencia

El lobo estepario dijo...

Yo me iría corriendo de ese colegio.

Podían haber hecho una oda a la creatividad y confeccionar en clase los disfraces, por ejemplo.Eso sí sería sentido común.

Cuando las cosas se imponen se consigue el efecto contrario.
"Con razón somos los número uno en nivel educativo."

El año que viene los disfrazas de caracol, creo que son hermafroditas...

Un saludo.

JuanRa Diablo dijo...

Je, je, je... Son gajes del oficio y tu intención no era desobedecer, así que nada de cambiarlos. ¡Bruja y Ninja al cole!
Y el año que viene busca nueva táctica, que alguna te tendrá que salir bien, digo yo.

M.A dijo...

Yo estoy de acuerdo con que cada cual lleve el traje que le guste, aunque reconozco que no está de más que el cole se preocupe y avise; para los progenitores despistados (que no es tu caso).

Yo sé de alguna niña que quería disfrazarse de almirante y sólo conseguía trajes de angelita (por tener el pelo rizado, jhajajajja). En fin, no culpo a nadie, eran otros tiempos. Lo que sí digo es que a mí me gusta ser mujer y todo lo que rodea el mundo de la mujer. Y me gusta que haya hombres y que sean diferentes a mí. Eso no quita que la igualdad esté presente en aquellos casos en los que se discrimine sólo por razón de sexo.
Creo que, a veces, utilizamos esto sin mirar el contexto, la situación...; y muchas veces de forma ilógica y hasta irrisoria; recuerdese: "Los miembros y las miembras..."
Muy bueno tu post, Felisa.