No suelo hablar en el blog de mi trabajo, me refiero al que me da de comer, pues si tuviera que vivir con mis ingresos literarios pasaría bastante hambre, pero esta vez si quiero comentar algo. Ayer participé como ponente en unas jornadas sobre planificación estratégica municipal (iba a contar nuestra experiencia como municipio pequeño que está ejecutando un plan estratégico territorial). Los asistentes eran políticos y técnicos de diversos países latinoamericanos y me sorprendieron por varios motivos. En primer lugar, las ganas enormes de aprender, de empaparse de todas las políticas y programas que se están llevando a cabo en los municipios españoles en planificación y desarrollo. Nos cosieron a preguntas a los tres ponentes que compartíamos la mesa redonda, así da gusto.
Luego, en los descansos y durante la comida pudimos hablar más distendidamente, entretejiendo bromas y risas con las cosas serias, dejando traslucir cada uno sus orígenes pero manteniendo algo en común, el idioma. En mi mesa había dos peruanos, dos ecuatorianos, un venezolano y tres españolas, hablamos de comidas, de bailes, de las telenovelas e incluso de los programas infantiles que nos han sido comunes a pesar de la distancia, por ejemplo, Barrio Sésamo, aunque allí Epi y Blas se llamaban Beto y Enrique. O El equipo A que por esas tierras se denominaba Los magníficos.
Otro tema que debatimos fue la forma de expresarnos, ellos bastante más formales y educados, nosotros, los españoles un tanto bruscos, esto dio para un buen rato de conversación, y de risas.
Los sentí muy cercanos y me dio pena no tener más tiempo para conocer un poquito más al resto de participantes, que estaban en otras mesas. Les deseo desde aquí un feliz regreso a su país y espero que les sirva algo de lo que le hemos contado. Ilusión y ganas no les faltan.
4 comentarios:
De estos encuentros, al margen de "lo serio", es interesante comprobar cómo a pesar de las diferencias territoriales y lingüísticas, no somos tan distintos.
A mi me ha ocurrido con franceses. Es divertido descubrir que tienen expresiones iguales que las nuestras e incluso costumbres. La siesta, lo que algunos llaman deporte nacional, también lo es aquí. Hasta el nombre es parecido "La sieste"
Me alegra que pasaras tan buen rato, Felisa
Un abrazo
Estos intercambios son muy gratos para todos , pues se ven a otros pueblos que al final de cuenta no son tan diferentes los unos y los otros , sobre todo cuando tienen el mismo idioma.
Abrazos desde Málaga.
Felisa, ¿y no les comentaste que eras escritora? Mujer, que era una ocasión muy buena para que llevaran tu nombre allende los mares, jajaja.
Lo digo en serio, debemos promocionarnos, no es ningún acto impuro, es un trámite inherente a la condición de escritor.
Bueno, la verdad es que un encuentro así es una maravilla, la mezcla de culturas siempre es enriquecedora. Y eso de ser ponente, oye "impone".
Un abrazo y gracias por compartirlo.
Es cuando tenemos a las gentes cerca cuando vemos que somos todos semejantes. Buena experiencia, Felisa.
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