lunes, 9 de noviembre de 2009

Un pellizco de mi nueva novela

La vi nada más llegar al pueblo. La cabellera roja agitada por el viento inexistente de una mañana sumida en la más absoluta de las calmas, casi aletargada. Un escalofrío recorrió mi espalda como si, en vez de estar contemplando una joven hermosa, ante mí se encontrara el mismísimo diablo. Fue una visión fugaz, la muchacha pronto desapareció tras el edificio del hotel, engullida por la niebla, dejándome confuso y aturdido a un tiempo. Pensé en seguirla, pero me detuve al analizar lo absurdo de la situación. Yo corriendo tras una chiquilla de apenas quince años; no hubiera encontrado una explicación lógica que darle si, al percatarse de que la seguía, me hubiera pedido explicaciones.


Creo que anoche bebí en exceso, no puedo recordarlo con claridad, pero la botella de whisky que esta mañana encontré sobre la alfombra estaba vacía, de eso no hay duda. Mis movimientos lentos y el dolor de cabeza parecen aliarse para demostrar que me estoy pasando con el alcohol. No me importa, lo único que no soporto es la mirada triste de mi madre, cuando se acerca al piso a visitarme con cualquier excusa y tengo la sensación de que en realidad viene a comprobar que aún sigo vivo.
Recorre las habitaciones de mi casa con sus ojos plomizos tratando de evaluar el grosor de la capa de polvo que cubre los muebles, estrujándose las manos, clavando las uñas en las palmas para evitar la tentación de rozar la madera con su dedo índice de ama de casa fracasada. Sabe que no consentiré que limpie nada, que mueva nada, que trastoque ni tan siquiera el más insignificante rincón de mi casa.
Todo permanece en el mismo orden que ella lo dejó, su bolso aún pende de la percha como un trofeo inútil. Mi madre ha reparado en él, desvía la vista y se dirige a la cocina, mira de reojo el cubo de la basura, donde yacen las pruebas vacías de mi vicio recién adquirido. Mi madre se llama Salvadora, de ella heredé el nombre, y se siente impotente ante mi silencio obstinado que llena de vacíos nuestras conversaciones. No, no soporto la mirada derrotada de mi madre, un motivo más para marcharme. Y aquí estoy, en Villa Olvido.
Villa Olvido, curioso nombre para un pueblo, un lugar para los amnésicos o para los que quieren serlo. Aún no sé en qué grupo encuadrarme. Me gustaría olvidar todo lo que ha pasado en estos diez últimos años, ser aquel joven de treinta que buscaba miradas en las que perderse, hasta que encontró la suya, la de la chica de ojos tristes. Villa Olvido, un pueblo de apenas mil habitantes perdido entre montañas, alejado en el tiempo y en el espacio del mundo que yo conocía, el lugar donde esperaba pasar las próximas semanas tratando de descubrir un secreto que me permitiera reconciliarme con ella y conmigo mismo.

16 comentarios:

Ardilla Roja dijo...

Tiene buena pinta, Felisa. Tu personaje me recuerda mucho a alguien que conozco. Bebe y acumula polvo en su casa. Ya no tiene luz porque no la paga.. en fin, un desastre. Lo malo es que él no tiene a su madre, ni a nadie porque tampoco se deja ayudar.

Espero leer más de tu novela.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Eso suena muy bien sigue asin tita que todo esfuerzo tiene su rencompesa.
Tu sobrino Iván

J.E. Alamo dijo...

Sí que suena bien, me recuerda a algunos de mis personajes favoritos del cine negro. A ver para cuándo hay más.

Unknown dijo...

Me ha gustado ¿ya la tienes publicada?

Felisa Moreno dijo...

Gracias Ardilla, claro que la leerás, espero que muy pronto.

HOla sobri, seguiré trabajando duro, un besito.

Hola J.E. aunque no parezca no es una novela negra, gracias por pasarte.

Hola Maria Jesús, aún no está ni terminada, pero quizás algún día la vea publicada, no pierdo la esperanza.

milagros dijo...

Qué pellizco tan prometedor...
A ver cuando la publicas y nos das la posibilidad de continuar disfrutando.

Felisa Moreno dijo...

Gracias Milagros, he puesto este post a ver si me animo a mí misma a seguir trabajando en la novela, ultimamente estoy que no doy palo al agua, literariamente hablando, claro. Un beso.

mar... dijo...

Hola Felisa.
Pues ya te puedes poner las pilas porque aquí nos estamos juntando ya unos cuantos con ganas de saber como sigue la historia.
El pellizco me ha sabido a poco y me ha dejado con ganas de más.
Un beso de Mar

Maribel Romero dijo...

Un texto muy sugerente, Felisa, con una prosa exquisita. Espero leerla pronto porque ya me has dejado con ganas de más.
Un abrazo.

Susana dijo...

Ya está... ya me "has liaó", Felisa, y ahora tendré que pasar meses impaciente esperando a que salga a la luz la novela para poder leerla entera.

Sigue trabajando en ella, que ahora ¡no nos puedes dejar así!

Un besote.

Anónimo dijo...

Tiene muy buena pinta este pellizco. Me gustan mucho los nombres Salvadora y Villa Olvido, para mi que enganchan a la historia.
Ahora ya no puedes parar.
Ánimo.

José A. Ruiz

Rocío González dijo...

Estupendo "pellizco", me ha gustado gracias, aunque me he quedado con ¡ganas de más!

Cariños
Ro

Teresa Cameselle dijo...

Ahora me has dejado muy intrigada, eso no se hace, jeje.
Pinta muy bien, Felisa.
Un beso.

juan ballester dijo...

Esto no se hace.... Ahora nos dejas con los dientes largos.

Ya estoy deseando que la publiques para enterarme de todo. La verdad es que esos pocos párrafos que acabas de anticipar ya me han enganchado.

Villa Olvido... ¿No suena eso a culebrón venezolano, a Boris Izaguirre? Lo buscaré en el mapa, seguro que es un buen lugar para evadirse de tanto asfalto y tanta prisa.

Lo dicho, que me tienes en ascuas...

Un beso.

Chabat dijo...

Hola.
Te agradezco que hayas utilizado una imagen mía para ilustrar tu post.
¿Sabías que todos los objetos en esa mesa no existen? están modelados en 3d.
Estaría bueno que, siempre que utilices material con derechos para ilustrar tus post menciones a los creadores.
Saludos y suerte con tu novela.
Chabat - http://blog.chabat.com.ar

Felisa Moreno dijo...

Hola, Chabat
Ante todo te pido disculpas por habar utilizado tu imagen para ilustrar uno de mis post. A veces no somos conscientes de que detrás de cada imagen hay un autor, normalmente por la falta de tiempo. Ultimamente apenas procuro utilizar mis propias imágenes.
He visitado tu blog, pero no me deja poner comentarios, espero que leas este y aceptes mis disculpas.
Por cierto, enhorabuena por tu trabajo, es muy bueno. Un saludo.